lunes, 28 de diciembre de 2009

DISCURSO DEL SR. HUGO MORALES VERA EN REPRESENTACIÓN DE LA PROMOCIÓN DIPLOMADO PECIS 2009, UNIVERSIDAD ACADEMIA DE HUMANISMO CRISTIANO

SR, RECTOR UNIVERSIDAD ACADEMIA DE HUMANISMO CRISTIANO, DON FRANCISCO VERGARA EDWARDS, SRA. CARMEN ESPINOZA MIRANDA, SECRETARIA GENERAL DE LA UNIVERSIDAD ACADEMIA DE HUMANISMO CRISTIANO y DIRECTORA DEL PROGRAMA DE ECONOMÍA DEL TRABAJO PET, AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD ACADEMIA DE HUMANISMO CRISTIANO Y DEL PROGRAMA DE ECONOMÍA DEL TRABAJO, ACADEMICOS DEL DIPLOMADO PECIS, COMPAÑEROS DE CURSO, SEÑORAS Y SEÑORES:

Los Dirigentes y socios, aquí presentes, de sindicatos y asociaciones de funcionarios del sector público, nos hemos reunido para cerrar un proceso de formación académica conducido por el PET en la Universidad de Humanismo Cristiano. Nos queremos despedir de esta casa de estudio, contentos y satisfechos por la formación que nos ha brindado en materias relacionadas con la realidad jurídica, económica, social y cultural de nuestro país, que aspira a mayores a niveles de justicia social y distribución del ingreso.
Nuestras organizaciones sindicales y asociaciones de funcionarios, estos últimos años, han ido creciendo exponencialmente. La Dirección del Trabajo registra más de 35.000 organizaciones sindicales en nuestro país, lo que indica que la asociatividad y las organizaciones de los trabajadores se han ido multiplicando, aunque no con la rapidez que las demandas sociales exigen. Se avanza por el camino correcto en estructuración, pero aún falta mucho por organizarnos.
Falta generosidad de las grandes federaciones para armar pactos de unificación necesarios y apremiantes. LA UNIDAD APREMIA.
Faltan mecanismos de participación a través de la incorporación del voto directo en la elección de nuestros más altos líderes de nuestras organizaciones madres, para tener en Chile, auténticos liderazgos capaces de imponerse a la política económica neoliberal galopante de que hemos sido objeto. En este campo, ésta y otras universidades están haciendo un importante aporte a la sociedad, lento, calmado, pero efectivo. Es necesario masificar este tipo de formación en los trabajadores que generen mayores niveles de conciencia y organización para poner una barrera a las políticas deshumanizadas que siguen instalándose en Chile. Felicitamos a los directivos de esta Universidad por acogernos y brindarnos un espacio de apoyo, reflexión, formación y discusión, en materias laborales, que sin duda aportará en nuestras respectivas organizaciones en mayores grados de fortalecimiento, unidad, participación y respeto de nuestra contrapartida patronal.
La movilización, en la acción gremial, no es la única herramienta necesaria para avanzar. Ésta, por sí sola, no puede ser meramente reivindicativa; necesitamos hacer conciencia en nuestros socios de que tenemos derecho a hacer vida gremial, que hemos ganado este derecho y que tenemos derecho a llevarlo a la práctica. Aquí los dirigentes tenemos un tremendo desafío al interior de nuestra organizaciones, debemos emprender un trabajo apostólico convocando, proponiendo, abriendo caminos de participación tales como: asambleas, permitiendo que éstas actúen soberanamente, como las autenticas autoridades del movimiento sindical; charlas donde confluyan destacados académicos especialistas en materias laborales y destacados dirigentes, de dilatada trayectoria sindical, que sean ampliamente reconocidos como autoridades en sus materias, generando en nuestros gremios una cultura que apunte a ganar en capacitación y formación. La movilización, en consecuencia, debe ir acompañada de acciones donde primen la formación y participación para que el movimiento sindical tenga sustento y se auto reproduzca.
Este espacio, ampliamente democrático al interior de aula, generado por el PET y la UNIVERSIDAD ACADEMIA DE HUMANISMO CRISTIANO, nos ha permitido crecer en materias de formación y proyección laboral y sindical. Los que componemos este curso, provenientes de sindicatos y asociaciones de funcionarios del sector público, sin duda, hoy podemos desarrollarnos con mayores conocimientos y mejores criterios al interior de nuestras organizaciones. Aquí han confluido los que creemos y ponemos el acento en la dignificación del trabajador, no como una variable económica más en el análisis y estudio del desarrollo económico, sino, muy por el contrario, como la persona humana que aporta al crecimiento y engrandecimiento de su país, con el único capital con que cuenta: su trabajo. Por eso exigimos mejor distribución del ingreso, exigimos que las autoridades políticas efectivamente se abran escuchen y hagan suya la manifestación mayoritaria expresada la semana pasada en la urnas que, a través de las distintas opciones, ha dicho claramente NO PODEMOS SEGUIR POR EL DERROTERO QUE LA CONCERTACIÓN HA ADMINISTRADO ESTOS ÚLTIMOS 20 AÑOS.
Es el momento de dar un giro notable en nuestra sociedad y hay que hacerlo rápido, el tiempo apremia. Esta segunda vuelta electoral, es el momento de provocar un punto de inflexión para que las cosas cambien a favor de los trabajadores, que es la gran mayoría del país.
Lo que ha ocurrido este año en las aulas de esta Universidad, las reflexiones que se han producido en las distintas materias abordadas, nos indican claramente que Chile requiere de ajustes mayores y de ahí se desprende el importante rol de los dirigentes sociales, que debe ser protagónico, somos la reserva social, somos la conciencia laboral, somos el equilibrio a los abusos, representamos el tuétano del desarrollo del país. Es deber entregar nuestro aporte en nuestras organizaciones, como un granito de arena al crecimiento y desarrollo de la sociedad, haciendo que ésta crezca y se fortalezca y genere espacios de discusión y análisis, como además la generación de propuestas que apunten a una sociedad “justa equitativa y responsable”.
Lo que ha ocurrido en las elecciones de la semana pasada nos debe llevar a la reflexión. No podemos mantenernos al margen, ni con una actitud indolente. Ha llegado el momento de abrir compuertas y presionar para alcanzar más y mejor democracia, porque fuerza para ello hay. Es necesario convocar a un gran Acuerdo Democrático postneoliberal, a partir de la integración de elementos que están contenidos en los programas de los candidatos progresistas: reforma tributaria profunda, desmunicipalización y fortalecimiento de la educación pública, cambio constitucional (sistema binominal, código del trabajo), fortalecimiento de la función pública en base al mérito con un “no rotundo” a los operadores políticos que tanto daño han hecho a la credibilidad del servicio público bien hecho, desmilitarización de la Araucanía y solución al "problema" mapuche, medidas concretas para un desarrollo sustentable y avanzar hacia la nacionalización de bienes naturales como el agua y el cobre, asegurar la salud como un derecho, promoción mayor de los derechos humanos, en cuanto a justicia y reparación, y el regreso de Carabineros de Chile al Ministerio del Interior. En esta tarea, quienes creemos en mayores regulaciones para el mercado, mejores condiciones laborales, mejor distribución del ingreso como somos los dirigentes sociales y sindicales, no podemos quedarnos al margen y haciendo como si nada hubiese ocurrido.
Que el nuevo tiempo que se abra, no sea la repetición de los últimos 20 años, sino el del verdadero fin de la transición de dictadura a democracia, del paso del neoliberalismo a una sociedad más democrática, justa e inclusiva, la era de la constitución de una nueva mayoría generada a través de mecanismo participativos, amplios, democráticos que le dé una posibilidad de gobernabilidad a los cambios profundos y estructurales que nuestro país requiere para dejar de ser la sociedad segmentada y excluyente que nos ubica en lugares indignos de la distribución del ingreso a nivel mundial.
Con la energía, alegría y voluntad de incidir, hoy podemos ir por más en segunda vuelta con el aporte de la clase trabajadora organizada. Los trabajadores tenemos mucho que decir, no podemos marginarnos a través de la anulación del voto o la abstención.
Amigos, debemos ser los protagonistas de nuestra historia.

Antes de concluir, a nombre de mis colegas, queremos destacar algunos compañeros de curso que han sobresalido:
1. TERESA HERNANDEZ, como ejemplo de superación esfuerzo y espíritu de servicio, no podemos dejar de señalar a esta gran mujer, alumna de esta promoción que nos brindó siempre un cálido cafecito. Teresa, como tú podemos cambiar no sólo el modelo económico, sino hacer este mundo más humano.
2. ADOLFO FIERRO INOSTROZA, que nos ha demostrado que la Universidad no es sólo para lo jóvenes, sino para los que tiene hambre de saber…..y aquí Adolfo ha demostrado con su presencia, la importancia de la energía vital que a todos debe darnos muestras que nunca es tarde para capacitarse
3. NATANAEL AGUILA, elegido el mejor compañero de curso y que nos proporcionó a todos los participantes, sin excepción, el material de apoyo, los apuntes, para estar siempre al día en las materias que nuestros académicos nos proporcionaban. Natanael, nuestro sincero reconocimiento por tu valiosísimo apoyo.
4. Finalmente, a VICTOR ARREONDO GARCIA, el cual inició las conversaciones con el PET para posibilitar que los funcionarios de la Secretaria Ministerial de Educación pudiesen acceder a este importante Diplomado y se mantuvo siempre pendiente –pese a su enfermedad- de superar los problemas que institucionalmente significó el curso para muchos de los inscritos en él.
Creo que lo expresado avala con creces nuestra decisión, que hoy nos honra ante nuestras familias y comunidad universitaria. Por ello queremos también dejar nuestra huella y agradecer a este selecto cuerpo docente que nos brindó su dedicación y entrega, al alero de esta magna casa de estudio. En ese sentido, queremos expresar nuestros agradecimientos a todos y cada uno de los funcionarios del Programa de Educación para el Trabajo (PET) que nos proporcionaron este valioso espacio de reflexión y crecimiento. Igualmente a la Universidad, agradeciendo al Sr. Rector de esta Casa de Estudio por el apoyo a este tipo de proyecto formativo, más aún en las privilegiadas condiciones económicas en las cuales se imparte – tan contrapuesta a la realidad económica empresarial con que se maneja el sistema educativo nacional. En ese aspecto, y representando la voz de todos y todas quienes participamos en este Programa, le solicitamos, Sr. Rector, más bien le suplicamos, mantener este curso y ojalá aumentar su oferta y otras alternativas de formación y sensibilización gremial. Como demostración palmaria de nuestro compromiso y agradecimiento, el compañero y dirigente del Parque Metropolitano y Alumno de esta promoción, Alfredo Silva Villalón, hará entrega de un presente tallado en madera al Rector de nuestra Universidad, Sr. FRANCISCO VERGARA EDWARDS, como reconocimiento a lo tan valioso recibido en el presente año académico, presente con el cual, simbólicamente, nos permitimos agradecer a todos y cada uno de los directivos y docentes de este maravilloso e inolvidable curso.
Como dirigente del Ministerio de Educación, no puedo culminar este discurso, sin recordar una frase de un ícono del movimiento sindical chileno, Don CLOTARIO BLEST, que nosotros hemos hecho nuestra y que, en esta tarde, queremos pase a formar parte de quienes participamos en esta experiencia:

¡SÓLO LA UNIDAD, NOS HARÁ INVENCIBLES!

MUCHAS GRACIAS.

martes, 17 de noviembre de 2009

GENERO Y PODER

(Fragmento de la edición de 1998)
Isabel Rauber.

INTRODUCCION

Este libro es parte de un proceso de búsqueda y profundización en mis estudios relativos al poder. Cuando lo inicié, en 1992, partí de una serie de hipótesis acerca del concepto género y su convergencia con el problema del poder que he ido comprobando durante el curso de mis investigaciones sobre ambos temas. El estudio de los componentes culturales del poder, a los que he prestado particular atención, me ha permitido nutrirme de variadas fuentes y referencias. Mientras un problema se insinuaba como tal en un plano, podía reafirmarlo, profundizarlo o rechazarlo como tal problema en otro. La fluida intercomunicación entre mis estudios de construcción de poder desde abajo y los de género, de modo explícito o implícito, me ayudó a esclarecer cuestiones, cerrar algunas interrogantes y abrir otras, encadenando problemas y soluciones posibles que, en resumidas cuentas, arrojaron mayor claridad acerca de la extraordinaria complejidad y dimensión de los mecanismos de producción y reproducción de la hegemonía ideológico-cultural del poder de dominación, discriminación y exclusión social

El enfoque de género resulta profundamente cuestionador de las relaciones de poder, de la cultura del poder desde lo político hasta lo privado, al punto tal que desnuda sin miramientos el carácter político de las relaciones que se desarrollan en el mundo privado y supuestamente no político. De ahí que su consideración, su enfoque crítico, sus planteamientos y sus propuestas resultan indispensables en todo debate o proyección política encaminada a una transformación del poder en el sentido de democratizarlo, de humanizarlo, de ponerlo al servicio de la sociedad, es decir, de los hombres y las mujeres que le dan cuerpo y alma

La cuestión de género no es "cosa de mujeres"; plantea una relación social entre hombres y mujeres establecida sobre la base de patrones culturales que instalan y justifican la desigualdad y la subordinación de la mujer. A partir de allí, cuestiona las relaciones discriminatorias establecidas respecto a las mujeres a través de los siglos en desmedro de éstas, aunque las reconoce incorporadas y asimiladas por hombres y mujeres mediante su reiterada repetición en la vida cotidiana, y acuñadas como "naturales" por la fuerza de la costumbre, de las tradiciones, etc., de la cultura de ese modo creada y recreada. Sólo la deconstrucción histórico-social de esta cultura hará posible la construcción de otro tipo de relaciones, abrirá caminos para establecer nuevos roles (diferentes), más equitativos, más humanos entre los hombre y las mujeres

Se trata de un proceso simultáneo de deconstrucción-construcción de nuevas relaciones (e identidades) entre hombres y mujeres, proceso largo, sinuoso y contradictorio como todos los procesos sociales cuyas raíces culturales están en la base misma constituyente de la sociedad. Su componente cultural dice a las claras que la transformación abarca, entre otras cosas y fundamentalmente, a la mentalidad vigente y presente en hombres y mujeres, que entiende que el ser mujer y el ser hombre se define por determinados parámetros sobre los cuales se delimitan los roles hombre-mujer tal como hasta ahora los conocemos, y cuyas raíces culturales datan de milenios

La propuesta de género que reclama romper con esa cultura y con esa mentalidad, no es un cuestionamiento unidireccional de las mujeres hacia los hombres -aunque en cierto sentido lo es- sino hacia hombres y mujeres y, fundamentalmente, hacia las propias mujeres, en gran medida reproductoras de los patrones patriarcal-machistas en la pareja, en el seno de la familia y en la vida social, política, económica, etcétera

No se trata entonces de un "problema de las mujeres". Atañe a una nueva concepción de organización de la sociedad, de las relaciones entre las clases y los sectores sociales y, atravesándolas, atañe a la transformación -desde abajo, también y en gran medida desde la vida familiar- de las relaciones entre hombres y mujeres. Esto resulta tan inherente a la esencia autoritaria o no, democrática o no, prepotente o no, discriminatoria y excluyente o no, de un sistema social, del poder, como lo es el enfoque que desnuda y denuncia al Capital como el productor y reproductor de la explotación del hombre por el hombre

Ese enfoque da cuenta de una parte importante y esencial de la injusticia y la explotación y propone su superación mediante una recomposición de las relaciones sociales basadas en la equidad y el equilibrio entre las personas, teniendo como eje la desaparición del Capital como motor del sistema de producción y reproducción de la vida social. En ese sentido resulta válido y necesario, pero no basta. No llega hasta los otros tentáculos del poder, no cuestiona sus bases ideológico-culturales anteriores al capitalismo, sobre las cuales se ha erigido -incorporándolas y desarrollándolas a su modo- la sociedad capitalista moderna. El planteamiento de género, en su cuestionamiento, llega hasta los cimientos mismos de la cultura del poder patriarcal heredado y desarrollado por el capitalismo. De ahí su fundamental importancia para un replanteamiento profundo del conjunto de relaciones sociales y del poder de una sociedad dada, en el sentido de nuevo proyecto social. No digo que sea suficiente, pero sí necesario, imprescindible, insoslayable. Para avanzar hacia una concepción más integral y globalizadora es importante sumar, articular los diversos enfoques, las críticas y los planteamientos

La primera parte del libro -que es la que tienen a su disposición-, la he destinado fundamentalmente al tratamiento del tema desde el punto de vista conceptual. La segunda y la tercera –que no hacen parte de esta publicación-, recogen de un modo testimonial, experiencias de mujeres sobre temas o problemas definidos de antemano.1 Esto hace a una nueva forma de pensar el saber: como realidad presente y diseminada (múltiple) entre las distintas actoras y actores sociales del continente. El pensar no es un patrimonio exclusivo de la intelectualidad, está entre todos nosotros y nosotras, y tenemos que aprender a extraerlo, hacerlo palpable y construirlo (articularlo) colectivamente. Esto, claro está, sin desmerecer la necesidad de contar con pensamiento teórico en el sentido pleno del concepto; las dos vertientes son necesarias

No pretendo dar recetas para enfrentar las relaciones personales, laborales o políticas de un modo diferente y convergente con la perspectiva de equidad de género. Más bien, mirando históricamente el mundo por venir, pienso que estamos empezando y necesitamos profundizar nuestros conocimientos y cuestionamientos. Lo importante entonces es nutrirnos lo más posible, intercambiar, experimentar, volver a intercambiar y a polemizar y así ir construyendo, entre todas y todos, un futuro que esperamos y queremos que sea mejor para el conjunto de los seres humanos, hombres y mujeres

I.RELACIONES DE GÉNERO COMO SUSTRATO DE RELACIONES DE PODER
Este libro busca abordar las relaciones entre hombres y mujeres desde la perspectiva del poder o, lo que es lo mismo, analizar las relaciones de poder desde las relaciones hombre-mujer en todos los ámbitos en que estas se desarrollan: tanto en lo privado como en lo público

Es, por esto, a la vez que un estudio de género, una profundización del estudio acerca del poder. Porque cualquier concepción que lo aborde prescindiendo de incluir en él las relaciones de género que lo sustentan y sobre las que se sustenta, resulta inobjetablemente incompleta y, por lo tanto, cercenada en su valor teórico y práctico

Con esto quiero señalar que este estudio de género -como otros- no es ni de "mujeres" ni "para mujeres"; atañe a hombres y mujeres y, por tanto, a la sociedad en su conjunto

¿QUÉ ES EL GÉNERO?
Hablar hoy de problemática de género, de enfoques de género, de perspectiva de género, etc., resulta algo cada vez más frecuente tanto entre los movimientos de mujeres o feministas como en algunas ramas de la investigación sociológica. Sin embargo, pese a lo trabajado del concepto en el ámbito de especialistas, comprender claramente qué se quiere decir con género y cuál es su diferencia con sexo, resulta aún difícil para la mayoría de las mujeres y los hombres de nuestro medio

Se hace necesario explicar su contenido y alcances mucho más, esclarecer su importancia para la democratización de las relaciones entre géneros y de toda la sociedad

Lo más usual es interpretar sexo y género como sinónimos, sobre todo en las culturas como las hispánicas o de origen hispánico, en las cuales, desde el lenguaje -y esto es de por sí importante de tener en cuenta-, el "género" femenino corresponde al sexo femenino, a la hembra, a la mujer, y el "género" masculino al sexo masculino, al macho, al varón. La fuerza de la costumbre hace ver, desde el lenguaje, al género como naturalmente igual al sexo y, con ello también a sus diferentes roles sociales. Sin embargo, diferenciar sexo y género es muy importante tanto para la lucha femenina como para un replanteo serio y consecuente del poder desde la perspectiva de su transformación democrático-popular, que busca la eliminación de las asimetrías sociales sobre la base de la equidad en lo económico, lo político, lo social, lo cultural, entre las clases, las etnias, y las relaciones entre los sexos

De un modo sintético puede decirse que: "El género es la forma social que adopta cada sexo, toda vez que se le adjudican connotaciones específicas de valores, funciones y normas, o lo que se llama también, no muy felizmente, roles sociales." No está vinculado a lo biológico, sino a lo cultural, a lo social. Eliminar la discriminación de género implica poder lograr, primero, que en el conjunto del propio movimiento de mujeres o de las mujeres que estamos activas, tengamos claro que ello está determinando los roles que la sociedad nos dio a varones y mujeres

La creación histórico-cultural social de estereotipos de género desde la concepción patriarcal machista, sobre la cual se define la identidad (el ser) de cada sexo, hace que las características y diferenciaciones de cada sexo (lo biológico) contengan una alta asimetría discriminatoria en perjuicio de las mujeres. Por ejemplo, los estereotipos según los cuales ser mujer se confunde con tener sensibilidad y ternura, con la emoción, la pasividad, la sumisión, la intuición, y con lo irracional subjetivo y misterioso (no explicable racionalmente). Correlativamente, ser hombre se identifica con tener valor, fuerza y poder, y esto con lo racional, con la capacidad para actuar fría y decididamente, etc. Se pueden sumar muchos adjetivos a cada uno, según los países y los momentos histórico-concretos de que se hable, pero lo que trato de resaltar aquí es que estos adjetivos que definen identidades y capacidades de cada sexo, resumen y expresan la base socio-cultural de las asimetrías en las relaciones entre los sexos sobre las que se asienta la subordinación jerárquica de la mujer al hombre

Por lo arraigado de estos patrones culturales y de conducta adjudicados a cada sexo, éstos resultan también discriminatorios entre seres humanos de un mismo sexo. Así ocurre, por ejemplo, con lo que se considera belleza tanto en el caso del hombre como en el de la mujer, con la correspondiente ventaja cultural para el hombre porque, como reza un conocido refrán: “es como el oso, cuanto más feo, más hermoso.” La mujer, sin embargo, para ser apreciada como tal, debe ser bonita, y para ello debe tener determinadas medidas, estatura y color de cabello, y debe estar entre determinada edad. Si sabe cocinar, mejor, pero eso ya no es tan importante actualmente; lo que sí es importante -y casi necesario- es que sea un poco (o muy) tonta. Porque aunque muchos hombres han demostrado poder romper algunos de estos estereotipos, sólo en casos excepcionales aceptan convivir —en la intimidad, en el trabajo, en la militancia política, o en la vida religiosa- con una mujer tan inteligente como ellos. Y si es más inteligente, resulta sencillamente insoportable, no sólo porque un hombre no lo soporte individualmente, sino porque no puede soportarlo frente a los demás, socialmente

Conversando sobre estas cuestiones le pregunto a Esther Custo, experimentada trabajadora social: ¿Qué margen le queda en las actuales sociedades a la mujer que no es bella?

No le queda margen, afirma Esther, porque ahora piden tener un metro setenta para poder trabajar... Y ser bonita. Te comento la experiencia de Paula que está buscando trabajo. Es esta: Paula tiene que plantearse el futuro de la adolescente. Es decir, hoy para poder encontrar trabajo, podés tener todo un curriculum, pero tenés que ser bella... Y no bella como en los tiempos anteriores, sino una bella que no piense. Si te preguntan qué pensás de la política, sólo entra aquella que es bella y, además, dice que la política no le interesa para nada, que lo que le interesa es trabajar para poder vestirse, salir..

La belleza es un poder y otro es el de las que no son bellas y se hacen grandes cocineras o algo así. Podés ser fea y hacer unas comidas sensacionales, o ser una persona que hace un gran trabajo barrial, entonces tenés tus poderes. Bueno, una cocinera linda se hace famosa mucho más rápido que una fea... (ríe) El otro poder es el ser alta. Esa es la vida cotidiana. Y por eso es que yo no lucho solamente por ser mujer, quiero un mundo para que la gente -mujeres y varones- pueda construir. No me interesa estar luchando contra el hombre para estar en una banca política por ser mujer, para ganarle al hombre, sino porque represento a alguna idea del pueblo, de la gente y por eso voy a luchar ese lugar de mujer, no tanto por ser mujer..

Estos estereotipos, además de fomentar la discriminación, subordinación y marginación de las mujeres, acarrean la frustración de millones de hombres y mujeres. Basta mencionar, por ejemplo, lo que ocurre frecuentemente en las parejas de clase media para abajo, en las que cada uno de los cónyuges vive menospreciando al compañero o compañera que tiene al lado, a quien considera "poca cosa". En mi no corto andar, he conocido cientos de casos de mujeres cuyos maridos se refieren a ellas como "eso que tengo en casa", mientras sueñan con una top model o una actriz de telenovela. En tales casos, por mucho que construyan como familia, ese sueño inalcanzable los va a acompañar no ya como sueño sino como frustración. Esta frustración es, en ese caso, parte de los mecanismos sociopsicológicos de dominación que transforman a las relaciones entre las personas en un tener o no tener, y a la competencia por la movilidad social en una vía para tener con qué "comprar" otro automóvil, otra mujer o -aunque menos frecuente- otro hombre

Lo que quiero significar con esto es que con la construcción histórico-cultural de las identidades de género y -a través de ésta- de los sexos, realizada desde la perspectiva del varón (llamada generalmente androcéntrica o falocentrista), pierden en realidad los dos sexos, debido a la castración de cualidades y capacidades humanas que esto implica para ambos, aunque las mujeres, al ocupar el lugar subordinado, son las más perjudicadas porque las consecuencias de los estereotipos culturales resultan más deshumanizantes, particularmente en el caso de las mujeres pobres (obreras, campesinas, empleadas domésticas, jefas de hogar empleadas o desempleadas)

Precisamente por enfatizar en las mujeres a quienes busca liberar de su subordinación y discriminación, la propuesta de género supone la modificación de los roles histórico-culturales atribuidos a hombres y mujeres. Si no modifica los dos roles no puede modificar ninguno

Primero porque no se trata de invertir los papeles y pasar del patriarcado al matriarcado, ni del machismo al feminismo (en sentido anti-hombre). Segundo, porque de lo que se trata es de modificar culturalmente (mediante un proceso cotidiano de deconstrucción-construcción) los roles de hombres y mujeres tal como estos se han elaborado y consagrado hasta ahora. Por eso, entre otras razones, la cuestión de género atañe a hombres y mujeres; al buscar plenitud de uno de los sexos componentes de los seres humanos, también busca la del otro, la presupone. Vale recordar que la opresión siempre afecta también al opresor, lo limita, lo castra y lo disminuye como ser humano. La rebeldía y la liberación de los oprimidos es por ello, a su vez, la liberación de los opresores de tal condición

Desde esta perspectiva, queda claro que no puede asumirse la cuestión de género solamente como una cuestión de la mujer; tenemos que empezar a tomarla varones y mujeres. A los hombres la sociedad les ha asignado –históricamente- papeles que los han ido castrando en muchos componentes de su humanidad

Los patrones culturales patriarcal-machistas no están sólo entre los hombres, aunque se expresen mayoritariamente a través de ellos

Vale recordar que la reproducción de esos patrones y modelos está prácticamente en manos de nosotras las mujeres, no pocas veces más machistas que los hombres. Como señala Eufemia Frías: Es bueno saber que las que propagamos más el machismo somos nosotras las mujeres, en el hecho de que muchas mujeres, son muy feministas, pero los hijos, ¡ah, no! A cuenta de que tienen medios económicos, muchas veces, tienen a una sirvienta, que les lava, les plancha, les cocina y hasta le baña los hijos. Eso se contradice con lo que estamos diciendo: que debemos compartir las tareas

Y también lo reafirma Remedios Loza: Es importante eso. Nosotras, desde el vientre, educamos a los hijos. Y cuando tenemos niña decimos: tu hermanito es varón, tienes que plancharle, tienes que atenderle porque es varón. Es importante la educación que nosotros demos como madres a nuestros hijos

De un modo quizá más "gráfico", lo asegura también Concepción Quispe cuando dice: Nosotras mismas hacemos el machismo. ¿Quién lo va a hacer? ¡Nosotras! Porque nosotras mismas damos la muñeca a la mujercita y al hombrecito el carro; con eso ya los hemos diferenciado

¿Por qué no a la mujer también el carro? ¿Por qué al hombre no le hemos comprado la muñeca? A la mujercita, la cocinita; para el varoncito, una lancha, un pico y una pala; pero a la mujer siempre la olla y la cocinita, bien implementadita... Y la muñeca para que aprenda a cuidar sus hijos

Pareciera que nosotras mismas estamos acondicionando a las mujeres; por eso digo de que las propias mujeres somos machistas; no es el hombre..

Claro, el sistema, sí, pero por la intuición, por la costumbre de la casa que nos han dejado, por la educación. Esa es una preocupación, hasta ahora

Preñada de lo que hace milenios se entiende como masculinidad, esta concepción del poder patriarcal-machista -el poder de la agresividad, de los agresores y vencedores, de la omnipotencia y la prepotencia, de la autosuficiencia, el autoritarismo, el centralismo y el consiguiente verticalismo-, puede ser, como de hecho lo es, asumida y aplicada también por mujeres en el ejercicio directo del poder -una Margaret Tatcher, por ejemplo-, o incorporada culturalmente a la conciencia femenina como vía de autodiscriminación y afianzamiento de los patrones relativos a la superioridad masculina que muestran un mundo público agresivo, fuerte, eficiente y racional, prácticamente ágil y por tanto supuestamente inaccesible para las mujeres, cuya esfera natural y específica de acción -dadas las características atribuidas a su género-, está dentro de su casa, en el ámbito de lo privado y "protegido" por el hombre

Resulta importante acotar: La división y asignación de roles determinados a hombres y mujeres ocurrió durante un proceso prolongado de diferenciación (y convergencia) de tareas, marcado principalmente por la necesidad de sobrevivencia de las comunidades o núcleos familiares (gentilicios)

"El origen histórico de la discriminación de la mujer nace de la diferencia de roles como la forma más primaria de división del trabajo: la mujer se centra en la maternidad y en el ámbito doméstico y el hombre asume el quehacer público, socialmente valorado como más importante que el privado." Esto habla de la existencia de una diferenciación cultural (creada por la humanidad), entendiendo que el trabajo (en su desarrollo) es quizá la primera conquista cultural de los seres humanos, y de una diferenciación natural (biológica), la cual, como es lógico, subyace y atraviesa cualquier propuesta de equidad entre los sexos. No se trata de negar las diferencias que existen entre los sexos, sino de poner fin a las asimetrías en los roles atribuidos a unas y a otros

Con el desarrollo de la humanidad basado en la asimilación-acentuación de las diferencias de roles culturales establecidos a través de los siglos, lo cultural pasó a ser considerado como natural, fetiche afianzado y recreado constantemente mediante los mecanismos y aparatos de dominación (del poder masculino) y la consolidación de las relaciones de poder establecidas sobre la base de relaciones asimétricas entre los sexos

El mundo o esfera pública quedó cada vez más separado de la esfera privada y con ello también el carácter sexual de las actividades

Los hombres resultaron los únicos aptos para la vida social y pública, la política y las guerras, la economía y el poder (del Estado, de las empresas, de la esposa, de la familia y de los hijos [¿patria potestad?])

Las mujeres resultaron ser las únicas capaces de entenderse con la casa, la crianza de los hijos, el dar placer a los maridos o amantes, el cultivar las artes y las letras, es decir, de hacer todo aquello que necesitaban los hombres para sentirse cómodos, compensados y complacidos para poder dedicarse de lleno a su vida pública y privada (incluso atender a sus amantes, cosa que debía ser aceptada también como natural por sus esposas). En esa división-discriminación de roles, el saber también le fue privado, hasta hace poco, a las mujeres. Es conocido que las mujeres más destacadas e inclinadas a las ciencias y la sabiduría, para poder desarrollarse según sus necesidades humanas e intelectuales -en un tiempo no muy remoto-, tuvieron que internarse en conventos, donde se dedicaron a estudiar y se desarrollaron a costa de la castración de otras necesidades igualmente humanas de su ser.

"La sobrevaloración de lo público se ha ido acrecentando en la medida en que el acceso a esa esfera requiere cada vez más de un aprendizaje formal, lo que ha acentuado la brecha entre ambos espacios.

(...) las causas de la problemática actual, la sitúan entonces así: por una parte la marginación y sometimiento histórico ya señalado y por otra, en la ambigüedad social respecto al rol de la mujer, confusión que tendrá tanto la mujer como la sociedad en su conjunto."

Así, el mundo de lo privado se fue cargando de un doble sentido: para los hombres, era un mundo donde podían hacer y deshacer a su antojo ya que privado quería decir: de su propiedad. (Todavía quedan remanentes culturales, sociedades donde, por ejemplo, los maridos compran a las esposas). Para las mujeres, como lo acota María Antonieta Saa, el mundo privado significó, más que algo íntimo y propio, un mundo "privado de" libertad, de saber, de desarrollo pleno como seres humanos. El mundo de lo público, masculino y dueño de la producción, del saber, de la política y del poder, necesita y crea un mundo privado subordinado a sus necesidades, una de las cuales -y prioritaria- es, por supuesto, su mantenimiento, reproducción y ampliación. Es decir, la producción y reproducción de esas relaciones de subordinación entre los mundos y entre las personas que los integran, entre los hombres y las mujeres. El resultado es que, en ambas esferas la mujer se encuentra en relación de desventaja. "(...) lo público se valora como resultado de las interacciones sociales, mientras que lo doméstico (lugar de la individualidad y lo personal) se aísla de lo político y se rodea de un halo de naturalidad. Ello, relacionado con el establecimiento de un sistema sexo-género con dominio masculino, implica que el espacio doméstico, como campo de la mujer se naturaliza y se aísla de la política, se vive como adecuado a presuntas características femeninas, también de índole natural, considerando la utilización de la biología como dispositivo del poder."5

Si la relación de subordinación mujer-hombre se asienta en una relación de inferioridad "natural", las relaciones familiares hombre-mujer no aparecen sino como algo particular, natural, ajeno al Estado, a la política, al poder, a la cultura, a la sociedad. Se alimenta así la confusión entre género y sexo, entre lo social-cultural y lo biológico

A lo largo de la historia, esta confusión ha consolidado lo que algunas estudiosas del tema denominan "sistema sexo-género", mediante el cual se han conformado y se conforman las identidades de hombres y mujeres, lo que significa ser hombre y ser mujer, y las relaciones que deben existir entre ellos sobre la base de determinadas pautas de comportamiento que -por esta vía- se consideran propias de cada sexo

Las diferencias biológicas entre los sexos se confunden (mezclándose) en una, con las construcciones socio-culturales de valores y significaciones que se adjudiquen a lo masculino y a lo femenino en cada momento histórico. "(...) esta relación se plantea como natural, cuando el género se asimila e iguala al sexo, al pretender que las diferencias entre la mujer y el hombre son estrictamente de carácter biológico, y por esa vía se rodea de un aura de naturalidad e inevitabilidad (...). En el actual sistema sexo-género con dominación masculina, la diferencia biológica oculta la generación social del género y es base de un sistema opresivo

Se cree, de esta forma, que la subordinación de la mujer es natural porque se asienta en el hecho, también natural, de la inferioridad femenina." A continuación expongo testimonios que dan cuenta de algunas manifestaciones de las consecuencias que esta concepción discriminatoria acarrea a las mujeres que logran acceder -contranatura- al mundo tradicionalmente masculino

II. EL ENFOQUE DE GÉNERO EN LA TRANSFORMACIÓN DE LAS RELACIONES DE PODER

El enfoque de género no pretende solo dar cuenta de la realidad de discriminación y marginación de las mujeres, ni mejorar el diagnóstico del origen de tal situación de asimetría social, esclareciendo lo que son diferencias biológicas entre los sexos y lo que corresponde a las construcciones histórico-culturales elaboradas y consolidadas por los poderes masculinos a través de siglos. Aunque esto resulta, por sí mismo, un esfuerzo valioso que contribuye a desnudar los tentáculos íntimos del poder y a conocer más a fondo los mecanismos de producción y reproducción de su hegemonía de dominación, el enfoque de género trasciende la denuncia; es, a la vez, una propuesta de transformación de esa realidad de discriminación y marginación y, en ese sentido, resulta convergente con procesos sociales de transformación de la sociedad toda, o sea, del poder

No hay pensamiento ni propuesta seria sobre la democracia, en lo político, social, ético, económico y cultural, que pueda prescindir de incorporar -atravesando su concepción y su propuesta- la perspectiva de género. Es decir, que pueda prescindir de una profunda revisión del estado en que se encuentran estas relaciones, de cómo éstas han posibilitado la existencia de un poder discriminatorio y marginador de las mujeres y, a su vez, de cómo esto se ha conjugado con la existencia, desarrollo y fortalecimiento de un poder discriminatorio y marginador del resto de sectores considerados débiles dentro de cada sociedad. La mirada de género acerca de las relaciones sociales entre las clases y entre los sexos es profundamente cuestionadora del poder que sobre ellas se levanta, se asienta y se re-fundamenta día a día. Este cuestionamiento -condicion sine qua non de cualquier intento de modificar, con equidad, las relaciones entre clases y sexos históricamente establecidas-, está en la base misma del enfoque y la propuesta de género. No es posible alterar esas relaciones sin alterar todo lo que sobre ellas y a partir de ellas se levanta

Esto quiere decir que la transformación del poder es condición a la vez que objetivo de las luchas de género, y viceversa: las luchas de género son -o deben ser- parte de las luchas por la transformación del poder

GÉNERO Y LUCHA DE CLASES

No existe realmente una contradicción insalvable entre la lucha por transformar la sociedad en el sentido de democratizarla, de organizarla sobre valores de equidad, justicia y progreso social y las luchas de las mujeres por sus reivindicaciones de género, aunque no puede hablarse tampoco de que actualmente exista convergencia, armonía. Esta carencia se debe, por un lado, a la intermediación de intereses particulares de los distintos sujetos-actores involucrados en estos procesos; y, por otro, a la escasa comprensión del valor del enfoque de género que pone de manifiesto los nexos histórico-culturales de las relaciones asimétricas entre hombres y mujeres con el poder de dominación, contribuye a analizar a uno y a otro (el tema del poder y el de género) como fenómenos separados e inconexos, salvo cuando se trata de subordinar, una vez más, la "problemática de la mujer" a la solución del problema considerado "fundamental", que es -en tal caso y según esa interpretación-, exclusivamente el del poder. Esta subordinación es madre de otra serie de subordinaciones, en primer lugar, la de condicionar la solución de la desigualdad en las relaciones hombre-mujer, a la solución del conflicto entre clases antagónicas

"Es como si nuestras reivindicaciones no tuvieran tiempo y nunca es tiempo de hacerlas porque siempre hay cosas más prioritarias, por lo tanto, estamos como suspendidas en el tiempo. Nosotras tenemos que ser capaces de negar esta atemporalidad. Tenemos, por último, que negar el aislamiento y la atomización y este sentido de que los problemas de las mujeres son individuales. Son de cada una. Poder construir un nosotras; una identidad social."

La concepción que centró toda su mira en la "toma del poder", lo suponía focalizado en un sólo lugar, el ámbito estatal, y reducía de hecho, la lucha política y lo político a la disputa contra ese poder y por ese poder. Esa reducción conformaba el sustrato de la búsqueda, preparación y valorización positiva de los enfrentamientos directos por la captura del poder, y -frente a ese empeño- la descalificación o subestimación de toda otra manifestación de lucha o reclamo popular por considerárseles no políticos y por tanto -según esa concepción- un freno a la lucha por el poder. Esto trajo como consecuencia:

•Que se menospreciaran o se desconocieran los múltiples mecanismos y modos de ejercer el poder (la dominación), empleados por los sectores dominantes o, que estos mecanismos fueran reducidos al poder político

•Que las luchas reivindicativas fueran -y para muchos sectores aún son- consideradas como un impedimento, un obstáculo para la politización de las masas y, por tanto, como algo que éstas debían superar para ascender a la esfera política y así llegar al enfrentamiento político, o sea, a la disputa por el poder político

•Que lo político quedara separado de lo reivindicativo

•Que los protagonistas de las luchas reivindicativas fueran "ubicados" en un escalón inferior de las luchas y de la conciencia respecto a los actores políticos

•Que las diferentes formas y medios de ejercer el poder de dominación, que se canalizan y ejercen a través de la ideología y la cultura dominantes quedaran fuera del campo de las disputas políticas, dado que la ideología -en última instancia- también se "medía" a través del enfrentamiento directo con el poder

•Que los modos de penetración ideológica y de presencia del poder de dominación en la vida cotidiana quedaran fuera de la lucha política o postergados para enfrentarlos en un mañana post-"toma del poder", dado que -según tales apreciaciones- en el poder (político) de la dominación radicaba la raíz de todos los problemas sociales, humanos, etc. Así ocurrió, por ejemplo, con las reivindicaciones de los movimientos de mujeres, de los movimientos étnicos, etcétera

La reducción de la concepción del poder al ámbito estatal y la comprensión de éste casi unilateralmente como un instrumento de dominación de una clase sobre otra, reduce toda la vida social y también su dinámica, al conflicto entre las clases así consideradas fundamentales y, sobre todo, a la solución de dicho conflicto, también considerado fundamental. A esta solución se subordina todo ya que, según este punto de vista, la solución del conflicto fundamental -que eliminará la contradicción antagónica-, eliminará también todos los conflictos derivados-dependientes del mismo, entre ellos, el conflicto hombre-mujer suprimiendo la desigualdad de las mujeres. Así lo considera, por ejemplo, Doña Ligia Prieto: Debemos alcanzar primero nuestra independencia económica plena, nuestra democracia plena, nuestra justicia social para que realmente después podamos pensar en otros detalles. En este momento a mí no me interesa la igualdad de la mujer; me interesa la conquista de la justicia social de todo el pueblo paraguayo

Vista así, la liberación femenina y la igualdad de roles entre los seres humanos de distinto sexo, sería una consecuencia inevitable (mecánica) de la solución del conflicto fundamental, que se logra con la toma del poder. Este presupuesto parte de otro: atribuir la existencia de la discriminación de las mujeres y del machismo al capitalismo, cuando en realidad, sí bien en este sistema se han desarrollado y afianzado, el origen de las asimetrías discriminatorias hacia las mujeres, data de mucho antes, tiene su fundamento último en la cultura patriarcal-machista históricamente constituida y afianzada en distintos sistemas sociales. Por eso es tan difícil de superar. Y por eso no se elimina supera automáticamente con la supresión del capitalismo, como lo demuestra la mayoría de las experiencias socialistas de este siglo

Así lo entiende Eufemia Frías: Nosotros estamos luchando porque se defina una línea y una estrategia de cara a esa situación, porque los compañeros de los partidos, lo que estaban pensando es que, bueno, con la transformación de la sociedad se arregla todo y nosotros sabemos que no. Tenemos las experiencias de algunos países socialistas, donde hicieron una guerra y tomaron el poder y donde las mujeres continuaron tan jodidas en el aspecto de la igualdad de derechos con los hombres como aquí, en Dominicana

Y yo digo: la mujer que no hace conciencia ahora del papel que debe jugar, no lo va a hacer nunca. Nosotros decimos que eso hay que irlo definiendo desde ahora. La mujer tiene que comenzar a reivindicarse como lo que es.

La lucha, la transformación de la sociedad, debe ser, para ser integral y radical, un proceso totalizador sobre la base de articular distintos intereses, aspiraciones e identidades sociales, sectoriales y de género. Porque como acota Lucí Choinascki: Yo no quiero luchar para cambiar este sistema capitalista, cambiar las fuerzas productivas del país y que las mujeres continúen siendo las mismas mujeres de hoy, que reproducen, que producen, que están cuidando la casa, los hijos, el marido

No creo que sea una cosa o la otra; yo quiero resolver esto en conjunto, porque hay cosas que son bastantes complicadas. Cuando tú no comiences a resolver desde ahora la cuestión cultural de los cambios en la relación hombre-mujer, a construir un hombre y una mujer nuevos, no veo que ese proyecto vaya a dar en lo cierto. Yo no voy a llegar allá y después abrir la cabeza y poner una cosa nueva allá adentro. Es todo un proceso de construcción, y lo digo por mí misma. Yo pasé por un proceso de conflictos, de luchas, de errores, de varias cosas para llegar al lugar que llegué. Entonces uno no puede pensar que después que cambiamos la sociedad, en lo social y político, vamos a cambiar la cultura, porque así no cambia más la cultura. Es un desafío muy grande y es necesario trabajar todo junto porque el cambio cultural favorece a la transformación. Porque cuando la gente se coloca en el mismo plano de igualdad, con derechos y deberes políticos, intelectuales y todo, estamos contribuyendo a la transformación política, entonces, combinar las dos cosas es algo estratégico

La reducción de todo el conflicto social y su solución, al enfrentamiento entre dos clases fundamentales, por otro lado, supone (en su variante más avanzada) que sólo existen dos salidas posibles, y que cada una de ellas se corresponde con las necesidades y aspiraciones de los sujetos que históricamente han protagonizado el enfrentamiento, en el curso del cual han enarbolado proyectos propios y se han constituido (cada uno) en sujetos históricos de los mismos

Así las cosas, para ese estilo de pensamiento, sólo existen dos proyectos y dos sujetos históricos: los que frenan el cambio y el desarrollo, los retardatarios y reaccionarios (propiamente antisujetos), y los que propugnan el desarrollo, impulsan los cambios, el progreso, la revolución (sujeto histórico de la revolución, clase obrera). Al resto de las fuerzas sociales sólo le corresponde agruparse en torno a uno u otro, como aliado (secundario, principal, estratégico, táctico, etc.). No hay más actores, ni más sujetos que los históricos

Las mujeres -salvo excepciones- ni siquiera somos catalogadas como aliadas. Calificadas como naturalmente conservadoras, se nos considera capaces de movilizarnos sólo cuando vemos amenazada nuestra sobrevivencia y la de nuestra familia. De ahí que, en general, seamos reconocidas y tratadas como una fuerza importante e invencible en momentos de crisis y de definición de procesos de enfrentamientos definitivos

Como dice María Antonieta Saa: "Al final, en momentos de crisis, nos transformamos, somos requeridas y somos demandadas para que salvemos a la Patria como fuerza última y moral." Y como observa también Maritza Villavicencio: "Estamos presentes a la hora de la lucha, peleando, combatiendo, haciendo huelgas, ollas comunes, actuando decisivamente en vistas al quebrantamiento del poder establecido, mas llegado el momento de la calma, nuestra acción no depara el uso de derechos políticos, ni una participación equitativa en la gestión del poder. (...) persiste pues, un manejo utilitario de la intervención política de la mujer, relegada siempre a un lugar decorosamente subalterno

(...) Punto nodal en este problema es la apreciación que se tiene acerca del papel de la mujer en la política revolucionaria. Cuando se trata de lucha electoral, militar, o de resistencia, las mujeres somos convocadas: los políticos se acuerdan que nosotras también tenemos un papel que cumplir al lado del pueblo. O cuando los compañeros, por congraciarse con nosotras, nos dicen que somos sus aliadas en el proceso revolucionario. Nuestra primera reacción podría ser de entusiasmo ante tal reconocimiento, empero, si enseguida nos preguntamos: ¿aliadas?, ¿al lado del pueblo?, descubrimos que tras un discurso aparentemente igualitario, en realidad se nos está negando el rol de ser tan sujetos de la revolución como ellos." Precisamente a esto alude Concepción Quispe cuando, relatando críticamente su experiencia, reclama: Mira, las mujeres siempre hemos encabezado las luchas. Pero, ¿una evaluación?... Entre hombres se hace

"¡Ah, vamos a evaluar!", dicen. Sin embargo, la mujer ha encabezado y ni siquiera le han dicho a la mujer: "A ver, que venga una que vamos a evaluar el movimiento, qué les ha parecido..." Nunca han dicho eso hasta ahora, siempre ellos son los que evalúan. Y las mujeres, que hemos encabezado todo el peligro, ni siquiera sabemos cómo ha sido la evaluación

Y eso es lo que más me amarga a mí. Ni siquiera un aplauso para las compañeras que han encabezado respaldando a los hombres, a los dirigentes. Ellas han expuesto su vida, con sus niños, con todo. Nunca dicen eso. He estado en muchos sitios, y se nota que no hay una valoración. Después que termina la lucha, después que termina la marcha, después que termina el mitin, se olvidaron olímpicamente de la mujer. Antes, sí: "¡Las mujeres que encabecen la marcha!" Nunca han valorado a la mujer "(...) así llegamos a la conclusión de que cuando se convoca a la clase obrera, al campesinado, y demás sectores sociales, se piensa en los hombres de dichos estratos como los hacedores de la historia. Y sólo en los momentos que son francamente difíciles se acude a las mujeres para que colaboren como sostén

Esta concepción es bastante contradictoria, pues, por un lado, implícitamente, se está reconociendo que existe una diferencia entre damas y caballeros aún perteneciendo a la misma clase social, por otro, se está vedando la participación de las mujeres como sujetos específicos."

La consideración de que existe una contradicción y un sujeto fundamental (según sea la alternativa), implica considerar a lo así catalogado como secundario, no antagónico y subordinado, como no definitorio de las relaciones de poder y su transformación y, por tanto, como no importante. En consecuencia, cualquier énfasis por parte de sus protagonistas para atender a sus reivindicaciones y necesidades, aunque sea planteado junto al problema fundamental como una parte del mismo, será considerado como una desviación del mismo y una actitud y posición divisionista de quienes lo defienden

Desde tales presupuestos, transformar el poder, en pocas palabras, significa tomarlo para invertir el contenido y la esencia de clase del Estado y con ello su funcionamiento. Es un acto, no un proceso. Todo lo demás se desprenderá mecánicamente de esa inversión de los mecanismos del funcionamiento estatal. No se reconoce la existencia de vínculos genealógicos entre los fenómenos considerados secundarios y los fundamentales, entre el poder, sus manifestaciones y sus consecuencias, por tanto, se considera que las transformaciones en los márgenes, en los costados (lo secundario) resultan intrascendentes para la "gran" transformación del poder

No resulta ocioso repasar brevemente algunos aspectos referidos al poder. En primer lugar, que el poder de una sociedad dada no se encuentra en un lugar ni en una institución determinada, sino que, a la vez que se ejecuta mediante un conjunto de instituciones, se conjuga con un sinnúmero de factores socioculturales y económicos que actúan sobre el todo social por diversos medios y mecanismos que velan o hacen invisible su acción como acción de dominación, de poder. La naturalidad rodea la vida social y pareciera que el poder dominante se reproduce espontáneamente, por la fuerza de la costumbre de los ciudadanos.

Esto, en parte es así, sólo que esa costumbre se alimenta y afianza cotidianamente mediante el reforzamiento de patrones culturales a través de los medios de comunicación, la cultura, la educación, etc. Sin embargo, toda la vida pública existe porque existe determinado mundo privado que la hace posible. Ambos "mundos" están interpenetrados y se condicionan mutuamente. No es por casualidad ni por principios ético-religiosos que la familia burguesa es la base de la sociedad burguesa y, en general, de toda sociedad moderna. La sociedad política requiere de determinada organización y funcionamiento de la vida privada y para ello, de seres humanos que la atiendan, que en las sociedades patriarcal-machistas son las mujeres.

Con esto quiero destacar que las relaciones de poder empiezan y terminan (se producen y reproducen) en cada casa; se expresan claramente a través de las relaciones familiares, de las relaciones hombre-mujer (esposo-esposa, hermano-hermana, hijo-madre) en el seno de cada familia

Es por ello que la transformación de esas relaciones de poder también debe ser gestada desde lo más íntimo, desde la familia, desde la convivencia cotidiana; no se logra por decreto, requiere ir acompañada de un cambio en la conciencia de hombres y mujeres y esto habla de un proceso, no de un acto, no de un momento

Lejos de socavar la lucha por el poder, el enfoque de género enriquece su concepción y contribuye, en la teoría y en la práctica, a su transformación radical, en tanto ésta es sólo posible y real si es desde abajo, desde las raíces, desde lo cotidiano y en ámbitos simultáneos, en un proceso complejo y multifacético, continuo y discontinuo de deconstrucción-construcción-transformación...

La transformación, si es radical, supone no sólo la autotransformación de cada uno de los actores y las actoras intervinientes, sino también la de las relaciones hombre-mujer, mujer-mujer y hombre-hombre desde el entorno inmediato. Porque reconocer la existencia de relaciones discriminantes asimétricas entre hombres y mujeres y transformarlas, aunque sea desde una posición individual, supone una modificación en los roles domésticos y sociales de quien se transforma, y como esta modificación es de relación, implica la modificación del rol o roles masculinos y femeninos que conviven con quien se transforma. Es muy difícil lograrlo individualmente a plenitud, pero es imposible que se dé una transformación general social repentina si no se van produciendo -como de hecho ocurre- pequeñas y casi imperceptibles transformaciones cotidianas en los roles de muchas mujeres y hombres.

A contrapelo de esto, la ultraizquierda, por ejemplo, siempre ha considerado que el pretender ir cambiando las manifestaciones culturales del poder, o buscar fórmulas para mejorar la sobrevivencia de habitantes de barrios carenciados, es sostener posiciones reformistas, alargarle la vida al sistema, etcétera

Coinciden también con esta concepción, aunque sus referentes ideológicos sean otros, quienes consideran que las luchas de las mujeres por sus reivindicaciones de género, por su reconocimiento como seres humanos con las mismas capacidades que el hombre, por su reconocimiento como sujetos sociales y políticos con puntos de vista propios, son maniobras divisionistas impulsadas por el enemigo e introducidas en los movimientos feministas o de mujeres a través de la pequeña burguesía influenciada por el pensamiento europeo, con el objetivo de dividir el campo popular y dispersar los esfuerzos del problema fundamental

Así lo han pensado y todavía lo piensan muchos hombres y muchas mujeres. Doña Ligia Prieto, por ejemplo, afirma: Yo pienso que no vamos a hacer nunca nada las mujeres si nos estamos dividiendo en feminismo y machismo

Reflexionando sobre esto, Mary Sánchez recuerda: Yo soy de una generación de los años 60-70, cuando la lucha era por la paz y la liberación de los pobres y de los desposeídos. Es decir, cuando teníamos el paradigma del conjunto de la sociedad; en ese torrente todos íbamos a alcanzar la libertad y la igualdad. Entonces, en esa lucha que fue permanente -dictadura incluida-, el aspecto de la reivindicación de la mujer para mí era secundario. Es más, frente a la necesidad de unidad del campo popular me parecía hasta divisionista plantear la mujer por un lado, el hombre por otro. Ahora, pensaba, nos vienen con ese verso europeo. Esa era mí concepción frente a lo que estaba pasando: nos estaba matando una dictadura y además nos vienen a dividir con eso de las mujeres..

-Aunque te parezca algo del pasado, muy superado no es así Mary

Muchas mujeres, como Ligia, rechazan actualmente los planteamientos de género por considerar todavía que responden a tendencias europeas para dividirnos

Mary Sánchez: Es cierto. Siguen teniendo esa concepción mujeres muy comprometidas política y socialmente

Desde una perspectiva diferente, las reflexiones de Gladys Marín, Secretaria General del Partido Comunista de Chile, muestran otro ángulo de esta problemática: He ocupado dentro del partido también cargos que tienen que ver con el trabajo de la mujer, acota Gladys. Fui encargada del trabajo de la mujer joven dentro de las Juventudes Comunistas, después trabajé vinculada a la Comisión Femenina del Partido, pero no he tomado en mi militancia este tema del problema de la mujer. Yo creo que este es un asunto que se plantea en los últimos tiempos en cuanto a un concepto más profundo, más allá de lo que es una definición general de la discriminación de la mujer, que todo el mundo la ve, que todo el mundo la siente... Pero que más allá de eso, aborda el tema del rol de la mujer dentro de la sociedad y cuestiona los roles que esta sociedad capitalista nos ha asignado

Pero yo no partí asumiendo eso desde el primer tiempo. Me planteé siempre el estar -en el movimiento estudiantil, en el partido-, en función de una causa, de una idea. Y llego a Secretaria General del Partido Comunista, por una cosa general, no solo por la condición de la mujer

-Y ahora como Secretaria General, ¿cómo lo analizas?

Gladys Marín: En general para la izquierda chilena, para el partido, para la sociedad y para mí, te diría que no fuimos muy adelantados en esto. O sea, que yo me sumo al conocimiento general que se va dando en cuanto a profundizar sobre el tema de la mujer, sobre la necesidad de su participación, del aporte que hace la mujer al asumirse en tareas generales y romper con los moldes clásicos que nos han asignado dentro de los partidos, porque también en el Partido Comunista se ha dado esto de que la mujer está dentro de las comisiones femeninas, dentro de los trabajos considerados más específicos de la mujer

Romper con esos moldes significa poner más en discusión lo que existe, en los hechos, en todas partes, en las sociedades, en la importancia que se da al trabajo y al rol de la mujer. Yo creo que esta discusión es muy importante porque en general ha significado un mayor aporte, una mayor consideración de la mujer dentro del trabajo político; entendiendo que hay que dar a la mujer un papel mucho más particular para ayudar a que supere la marginación a la que está sometida

Yo creo que esa discusión se ha abierto en general en el país, en las organizaciones sociales, también en los partidos... Pero sin plantearse quizás tan teóricamente el tema. Creo que en la sociedad chilena en general -porque no es que se vea en cada caso particular-, se ha avanzado en lo que es la participación de la mujer en las cosas generales relativas al poder, sindicatos, partidos políticos, organizaciones sociales y también en elevar o compartir los roles. Yo creo que se va dando, sobre todo en los sectores más jóvenes, que entienden casi más naturalmente lo que es acompañarse en las distintas tareas.

MATRIARCADO

La contraimagen del patriarcado es el matriarcado. De la misma manera que se formó la palabra monarca para expresar el poder de uno solo, se formó la palabra patriarca para expresar en ella el poder del padre. Se refiere este término a la época en que la única estructura social era la familia, y sobre ella estaba cimentado el poder político. El patriarca era por tanto la máxima autoridad tanto familiar como política; y el patriarcado, una institución a la vez familiar y política. Y se trató en sus inicios de un poder absoluto y despótico que, como todos los poderes se fue suavizando a medida que los sometidos a él fueron asumiendo e interiorizando las obligaciones para las que se instituyó ese poder. Las sociedades que más plenamente han asumido esos deberes, han podido prescindir de esos poderes: ni patriarca, ni monarca.

Sociedades hubo en que existió el poder absoluto de la madre. En sociología oscilan las definiciones formales del matriarcado en razón de las realidades etnográficas de las que parten. Así tenemos como grado extremo de matriarcado el que resulta de la traducción al femenino de las características del patriarcado acentuadas al máximo, que efectivamente se han dado en algunas sociedades. Según esa definición, la madre es el cabeza de familia; el padre no forma parte del organigrama de poder ni del funcional. La familia matriarcal no tiene padre propiamente dicho. El papel de éste es en unos casos el de amante legal de la madre (el paralelo lo tenemos en los príncipes consortes), y en otros el de simple esclavo, sometido al poder de la parentela de la esposa.

Otras formas no tan extremas de matriarcado se han dado, cuya característica común es que el parentesco (los apellidos) y la propiedad se transmiten por la madre, teniendo el padre un papel secundario. En algunas sociedades, su lugar lo ocupa el tío materno, que se constituye en la máxima autoridad masculina de la familia. Y en cualquier caso, la madre es el jefe y cabeza de la comunidad doméstica. Le ajusta a la perfección el nombre de matriarca: un término formado por la palabra latina mater, matris, que es la madre, y el griego arch (arjé), que significa dominio, poder, autoridad, mando. Es el poder de la madre.

Tal es la variación de intensidades de este poder, que los sociólogos optaron por crear denominaciones distintas para los distintos grados de poder de la madre en la familia. Así llamaron matronimia¸al régimen en que se traza la descendencia por la línea femenina; y ginecocracia al poder familiar y político ejercido por las mujeres.

Queda en pie el hecho de que en muchas sociedades modernas hay huellas evidentes de un auténtico poder de la madre en la familia, un poder que si no se ejerce, se disuelve hasta desaparecer. El problema se presenta cuando se tiene un poder con unas competencias asignadas, y no se dispone de subordinados a los que cargarles el trabajo que comporta.

Llevar la economía de la casa es una posición de poder, claro está. Pero conlleva la servidumbre de tener que hacer la compra, si no se tiene a quién mandar. Y otro tanto ocurre con cada derecho: que suele llevar aparejado un deber.
Mariano Arnal

LA FAMILIA: CONCEPTO

(Extraído de la Biblioteca del congreso Nacional)

La familia es un grupo de personas unidas por vínculos de parentesco, ya sea consanguíneo, por matrimonio o adopción que viven juntos por un período indefinido de tiempo. Constituye la unidad básica de la sociedad.

En la actualidad, destaca la familia nuclear o conyugal, la cual está integrada por el padre, la madre y los hijos a diferencia de la familia extendida que incluye los abuelos, suegros, tíos, primos, etc.

En este núcleo familiar se satisfacen las necesidades más elementales de las personas, como comer, dormir, alimentarse, etc. Además se prodiga amor, cariño, protección y se prepara a los hijos para la vida adulta, colaborando con su integración en la sociedad.
La unión familiar asegura a sus integrantes estabilidad emocional, social y económica. Es allí donde se aprende tempranamente a dialogar, a escuchar, a conocer y desarrollar sus derechos y deberes como persona humana.

La base de la familia en Chile es el matrimonio, el cual está regulado por nuestro Código Civil.

Funciones de la familia

La familia en la sociedad tiene importantes tareas, que tienen relación directa con la preservación de la vida humana como su desarrollo y bienestar. Las funciones de la familia son:

Función biológica: se satisface el apetito sexual del hombre y la mujer, además de la reproducción humana.

Función educativa: tempranamente se socializa a los niños en cuanto a hábitos, sentimientos, valores, conductas, etc.

Función económica: se satisfacen las necesidades básicas, como el alimento, techo, salud, ropa.

Función solidaria: se desarrollan afectos que permiten valorar el socorro mutuo y la ayuda al prójimo.

Función protectora: se da seguridad y cuidados a los niños, los inválidos y los ancianos.

Origen y evolución histórica

Difícil es dar una fecha exacta de cuándo se creó la familia. Ésta, tal como la conocemos hoy, tuvo un desarrollo histórico que se inicia con la horda; la primera, al parecer, forma de vínculo consanguíneo. Con el correr del tiempo, las personas se unen por vínculos de parentesco y forman agrupaciones como las bandas y tribus.
Las actividades de la agricultura obligan contar con muchos brazos, de allí entonces la necesidad de tener muchos hijos e integrar el núcleo familiar a parientes, todos bajo un mismo techo.

Con la industrialización las personas y sus familias se trasladan a las ciudades, se divide y especializa el trabajo, los matrimonios ya no necesitan muchos hijos y económicamente no pueden mantenerlos; surge la familia nuclear o conyugal que contempla al padre, la madre y los hijos.

Algunas características de vínculos de parentesco que se han dado en la historia:
La horda: Hombre y mujer se unen con fines de procreación, búsqueda de alimentos y defensa. Sus miembros no tienen conciencia de vínculos familiares y la paternidad de los hijos es desconocida.

El matriarcado: El parentesco se da por la vía materna. La mujer-madre es el centro de la vida familiar y única autoridad. Su labor es cuidar a los niños y recolectar frutos y raíces para la subsistencia; en tanto el hombre se dedica a la caza y pesca. La vida que llevan es nómade.

El patriarcado: La autoridad pasa paulatinamente de la madre al padre y el parentesco se reconoce por la línea paterna. Se asocia con el inicio de la agricultura y por consecuencia con el sedentarismo. El hombre deja de andar cazando animales y la mujer se dedica a la siembra y cosecha de frutas y verduras. Se establecen todos juntos en un lugar, hombres, mujeres y niños. Estando asegurada la subsistencia, la vida se hace menos riesgosa y más tranquila. El grupo humano se estabiliza y crece. Se practica la poligamia, es decir, la posibilidad de que el hombre tenga varias esposas, lo que conlleva a un aumento de la población.

Familia extendida: Está basada en los vínculos consanguíneos de una gran cantidad de personas incluyendo a los padres, niños, abuelos, tíos, tías, sobrinos, primos y demás. En la residencia donde todos habitan, el hombre más viejo es la autoridad y toma las decisiones importantes de la familia, dando además su apellido y herencia a sus descendientes. La mujer por lo general no realiza labores fuera de la casa o que descuiden la crianza de sus hijos. Al interior del grupo familiar, se cumple con todas las necesidades básicas de sus integrantes, como también la función de educación de los hijos. Los ancianos traspasan su experiencia y sabiduría a los hijos y nietos. Se practica la monogamia, es decir, el hombre tiene sólo una esposa, particularmente en la cultura cristiana occidental.

Familia nuclear: También llamada "conyugal", está compuesta por padre, madre e hijos. Los lazos familiares están dados por sangre, por afinidad y por adopción. Habitualmente ambos padres trabajan fuera del hogar. Tanto el hombre como la mujer buscan realizarse como personas integrales. Los ancianos por falta de lugar en la vivienda y tiempo de sus hijos, se derivan a hogares dedicados a su cuidado. El rol educador de la familia se traspasa en parte o totalmente a la escuela o colegio de los niños y la función de entregar valores, actitudes y hábitos no siempre es asumida por los padres por falta de tiempo, por escasez de recursos económicos, por ignorancia y por apatía; siendo los niños y jóvenes en muchos casos, influenciados valóricamente por los amigos, los medios de comunicación y la escuela.

Vínculos de parentesco

El parentesco es la unión al interior de una familia. Los vínculos que se generan entre sus miembros están dados por tres fuentes de origen:

•Consanguínea, es decir, el vínculo que existe entre descendientes de un progenitor común (padre, hijos, nietos, bisnietos, tataranietos, etc.).

•Afinidad, es el nexo que nace con el matrimonio y las relaciones con los parientes del cónyuge (suegra, nuera, cuñada, etc.).

•Adopción, vínculo que se origina entre el adoptado y los adoptantes. En Chile hay sólo un tipo de adopción la cual otorga igualdad con los hijos biológicos (Ley N° 19.620, sobre adopciones).

El parentesco se mide por grados, es decir, el número de generaciones que separa a los parientes, siendo cada generación un grado. Además la serie de grados conforman una línea, vale decir, la serie de parientes que descienden los unos de los otros o de un tronco común.

Hay dos tipos de líneas:

a)Recta: se compone de una serie de grados que se establecen entre personas que descienden unas de otras como padre-hijo-nieta.

b)Colateral o transversal: se forma de una serie de grados que se establece entre personas que sin descender unas de otras, tienen un progenitor común como son los tíos, sobrinos, primos etc.

ESTUDIOS DE GÉNERO / PERSPECTIVA DE GÉNERO

En los últimos años se produjo un importante avance en las ciencias sociales, al incorporarse los denominados estudios de la mujer como un nuevo paradigma. El género, como categoría social, es una de las contribuciones teóricas más significativas del feminismo contemporáneo. Esta categoría analítica surgió para explicar las desigualdades entre hombres y mujeres, poniendo el énfasis en la noción de multiplicidad de identidades. Lo femenino y lo masculino se conforman a partir de una relación mutua, cultural e histórica.

El género es una categoría trans-disciplinaria, que desarrolla un enfoque globalizador y remite a los rasgos y funciones psicológicos y socioculturales que se le atribuye a cada uno de los sexos en cada momento histórico y en cada sociedad. Las elaboraciones históricas de los géneros son sistemas de poder, con un discurso hegemónico y pueden dar cuenta de la existencia de los conflictos sociales. Y la problematización de las relaciones de género logró romper con la idea del carácter natural de las mismas. Lo femenino o lo masculino no se refiere al sexo de los individuos, sino a las conductas consideradas femeninas o masculinas. En este contexto, la categoría de género puede entenderse como una explicación acerca de las formas que adquieren las relaciones entre los géneros, que algunos consideran como una alternativa superadora de otras matrices explicativas, como la teoría del patriarcado (ver Patriarcado). Se sostiene que (aunque la incorporación del concepto de “patriarcado” constituyó un avance importante para explicar la situación de las mujeres) resultó insuficiente para comprender los procesos que operan dentro de la estructura social y cultural de las sociedades, condicionando la posición e inserción femenina en realidades históricas concretas.

Según Marta Lamas, aún cuando ya en 1949 aparece como explicación en El segundo sexo de Simone de Beauvoir, el término género sólo comienza a circular en las ciencias sociales y en el discurso feminista con un significado propio y como una acepción específica (distinta de la caracterización tradicional del vocablo que hacía referencia a tipo o especie) a partir de los años setenta. No obstante, sólo a fines de los ochenta y comienzos de los noventa el concepto adquiere consistencia y comienza a tener impacto en América Latina. Entonces las intelectuales feministas logran instalar en la academia y las políticas públicas la denominada “perspectiva de género”. En 1955 John Money propuso el término “papel de género” para describir el conjunto de conductas atribuidas a los varones y a las mujeres, pero ha sido Robert Stoller quien estableció más claramente la diferencia conceptual entre sexo y género. Los sistemas de género se entienden como los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual anatómico-fisiológica y que dan sentido a las relaciones entre personas sexuadas (De Barbieri, 1990). Según Gomariz, a partir de estas referencias conceptuales pueden examinarse distintos planos del conocimiento acumulado en la materia. De modo amplio podría aceptarse que constituyen reflexiones sobre género todas aquellas que se hicieron en la historia sobre las consecuencias y significados que tiene pertenecer a cada uno de los sexos. Para Gomariz puede denominarse como “estudios de género” el segmento de la producción de conocimientos que se ha ocupado de ese ámbito de la experiencia humana.

La “perspectiva de género”, en referencia a los marcos teóricos adoptados para una investigación, capacitación o desarrollo de políticas o programas, implica: a) reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, en general favorables a los varones como grupo social y discriminatorias para las mujeres; b) que dichas relaciones han sido constituidas social e históricamente y son constitutivas de las personas; c) que las mismas atraviesan todo el entramado social y se articulan con otras relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y religión.

La perspectiva de género opta por una concepción epistemológica que se aproxima a la realidad desde las miradas de los géneros y sus relaciones de poder. Sostiene que la cuestión de los géneros no es un tema a agregar como si se tratara de un capítulo más en la historia de la cultura, sino que las relaciones de desigualdad entre los géneros tienen sus efectos de producción y reproducción de la discriminación, adquiriendo expresiones concretas en todos los ámbitos de la cultura: el trabajo, la familia, la política, las organizaciones, el arte, las empresas, la salud, la ciencia, la sexualidad, la historia.

La mirada de género no está supeditada a que la adopten las mujeres ni está dirigida exclusivamente a ellas. Tratándose de una cuestión de concepción del mundo y de la vida, lo único definitorio es la comprensión de la problemática que abarca y su compromiso vital.

Existe cierto consenso en que es necesario establecer distinciones entre sexo y género. El sexo corresponde a un hecho biológico, producto de la diferenciación sexual de la especie humana, que implica un proceso complejo con distintos niveles, que no siempre coinciden entre sí, y que son denominados por la biología y la medicina como sexo cromosómico, gonadial, hormonal, anatómico y fisiológico. A la significación social que se hace de los mismos se la denomina género. Por lo tanto las diferencias anatómicas y fisiológicas entre hombres y mujeres que derivan de este proceso, pueden y deben distinguirse de las atribuciones que la sociedad establece para cada uno de los sexos individualmente constituidos.

Aunque existen divergencias en su conceptualización, en general la categoría de género es una definición de carácter histórico y social acerca de los roles, identidades y valores que son atribuidos a varones y mujeres e internalizados mediante los procesos de socialización. Algunas de sus principales características y dimensiones son:

1) es una construcción social e histórica (por lo que puede variar de una sociedad a otra y de una época a otra);

2) es una relación social (porque descubre las normas que determinan las relaciones entre mujeres y varones);

3) es una relación de poder (porque nos remite al carácter cualitativo de esas relaciones);

4) es una relación asimétrica; si bien las relaciones entre mujeres y varones admiten distintas posibilidades (dominación masculina, dominación femenina o relaciones igualitarias), en general éstas se configuran como relaciones de dominación masculina y subordinación femenina;

5) es abarcativa (porque no se refiere solamente a las relaciones entre los sexos, sino que alude también a otros procesos que se dan en una sociedad: instituciones, símbolos, identidades, sistemas económicos y políticos, etc.);

6) es transversal (porque no están aisladas, sino que atraviesan todo el entramado social, articulándose con otros factores como la edad, estado civil, educación, etnia, clase social, etc);

7) es una propuesta de inclusión (porque las problemáticas que se derivan de las relaciones de género sólo podrán encontrar resolución en tanto incluyan cambios en las mujeres y también en los varones);

8) es una búsqueda de una equidad que sólo será posible si las mujeres conquistan el ejercicio del poder en su sentido más amplio (como poder crear, poder saber, poder dirigir, poder disfrutar, poder elegir, ser elegida, etcétera).

La generalización del concepto de género ha suscitado una polémica en torno a la conveniencia de continuar usándolo. A veces el término se ha tergiversado y banalizado en su aplicación. En algunos estudios macrosociales o del mercado de trabajo, a la desagregación por sexo se la denomina género, pero la categoría permanece vacía. Algo similar ocurre cuando la palabra género sustituye a mujeres (Scott, 1990). El género requiere la búsqueda de sentido del comportamiento de varones y mujeres como seres socialmente sexuados.

Marta Lamas sostiene que en América latina no hubo el suficiente debate ni una confrontación teórica al respecto, al menos comparada con la fuerza y visibilidad con que se ha dado en el mundo anglosajón. Para Lamas (1999) un aspecto relevante a debatir es “la forma en que se manifiesta el traslape conceptual entre género y diferencia sexual: como ausencia o silencio, confusión y negación”.

En el debate sobre las relaciones entre hombres y mujeres, la diferencia sexual es un concepto básico para comprender la base sobre la que se construye el género. Según Lamas, las feministas norteamericanas circunscriben la definición de diferencia sexual a lo anatómico, limitándola a una distinción sustantiva entre dos grupos de personas en función de su sexo, o sea, a un concepto taxonómico, análogo al de clase social o al de raza: “Al no manejar el concepto psicoanalítico de diferencia sexual, ignoran el papel del inconsciente en la formación de la identidad sexual y la inestabilidad de tal identidad, impuesta en un sujeto que, según Freud, es fundamentalmente bisexual. Esto tiñe las forma en que reflexionan sobre la diferencia entre mujeres y hombres, y por ello elaboran sus planteamientos teóricos a partir de la diferencia de género. Las europeas, más cercanas al psicoanálisis lacaniano, suelen analizar la contradicción mujer/hombre incorporando la diferencia sexual en su complejidad psicoanalítica” (Lamas, 1999).

Para esta teoría, “mujeres y hombres son producidos por el lenguaje y las prácticas y representaciones simbólicas dentro de formaciones sociales dadas, pero también por procesos inconscientes vinculados a la simbolización de la diferencia sexual. Hay que comprender que la diferencia sexual es una diferencia estructurante, a partir de la cual se construyen no sólo los papeles y prescripciones sociales sino el imaginario de lo que significa ser mujer o ser hombre, por lo tanto no puede ser situada en el mismo nivel que el género” (Lamas, 1999).

Aunque no constituye una categoría cerrada, sino en pleno desarrollo, la perspectiva de género favorece el ejercicio de una lectura crítica y cuestionadora de la realidad para analizar y transformar la situación de las personas. Se trata así de crear nuevas construcciones de sentido para que hombres y mujeres visualicen su masculinidad y su femineidad a través de vínculos no jerarquizados ni discriminatorios.
Susana Gamba

BIBLIOGRAFÍA
C. Amorós (1986): Hacia una crítica de la razón-patriarcal, Anthropos, Madrid.
R. Braidotti (2000): Sujetos nómades, Paidós, Buenos Aires, 2000.
T. De Barbieri (1992): “Sobre la categoría de género. Una introducción teórica-metodológica” en ISIS Internacional N° 17, Santiago de Chile.
E. Gomariz (1992): “Los estudios de género y sus fuentes epistemológicas. Periodización y perspectivas”, en ISIS Internacional N° 17, Santiago de Chile.
M. Lamas (comp.) (1996): La construcción cultural de la diferencia sexual, México, PUEG.
M. Lamas (1999): “Género, diferencia de sexo y diferencia sexual” en ¿Género?, Debate Feminista, Año 10, Vol. 20, México, edición de octubre.
J. W. Scott: “El género: una categoría útil para el análisis histórico”, en J. Amelang y Mary Nash (comp.) (1990): Historia y género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea, Ed. Alfons el Magnanim, Barcelona.
Carcedo, Ana y Montserrat Sagot (2002): Femicidio en Costa Rica, 1990–1999, Instituto Nacional de las Mujeres, San José de Costa Rica.
Domingo, Chris (1992): “Femicide: an interview with Diana E.H. Russell”, en Off Our Backs, vol. 22, No. 7, Washington DC.
Kelly, Liz (1988): Surviving sexual violence. Polity Press, Inglaterra.

PATRIARCADO

¿Qué es el patriarcado?
Este artículo ha sido publicado en el "Diccionario de estudios de Género y Feminismos". Editorial Biblos 2008
Texto de Marta Fontenla

En su sentido literal significa gobierno de los padres. Históricamente el término ha sido utilizado para designar un tipo de organización social en el que la autoridad la ejerce el varón jefe de familia, dueño del patrimonio, del que formaban parte los hijos, la esposa, los esclavos y los bienes. La familia es, claro está, una de las instituciones básicas de este orden social.
Los debates sobre el patriarcado tuvieron lugar en distintas épocas históricas, y fueron retomados en el siglo XX por el movimiento feminista de los años sesenta en la búsqueda de una explicación que diera cuenta de la situación de opresión y dominación de las mujeres y posibilitaran su liberación.

Las feministas han analizado y teorizado sobre las diferentes expresiones que ha ido adoptando a largo de la HISTORIA y las distintas geografías, estructurándose en instituciones de la vida publica y privada, desde la familia al conjunto de la social.
También fueron definiendo los contenidos ideológicos, económicos y políticos del concepto que, conforme a Carol Pateman (988), es el único que se refiere específicamente a la sujeción de las mujeres y singulariza la forma del derecho político que los varones ejercen en virtud de ser varones.

En los relatos sobre el origen o la creación de los sistemas de organización social y política, del mundo público y privado, hallamos historias conjeturales, considerando algunas que la sociedad emerge de la FAMILIA patriarcal, o las más actuales, que se origina en el contrato. El PODER en el patriarcado puede tener origen divino, familiar o fundarse en el acuerdo de voluntades, pero en todos estos modelos, el dominio de los varones sobre las mujeres se mantiene.

Gerda Lerner (1986) lo ha definido en sentido amplio, como “la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad en general”. Sus investigaciones se remontan a la Mesopotamia, entre los años 6.000 y 3.000 A.C. “En la sociedad mesopotámica, como en otras partes, el dominio patriarcal sobre la familia adoptó multiplicidad de formas: la autoridad absoluta del hombre sobre los niños, la autoridad sobre la esposa y el concubinato”.
María Milagros Rivera Garretas, señala como estructuras fundamentales del patriarcado las relaciones sociales de parentesco y dos instituciones muy importantes para la vida de las mujeres, la heterosexualidad obligatoria y el contrato sexual. La institución de la heterosexualidad obligatoria es necesaria para la continuidad del patriarcado, ya que expresa la obligatoriedad de la convivencia entre varones y mujeres en tasas de masculinidad/feminidad numéricamente equilibradas. Junto con estas dos categorías se encuentra la política sexual o relaciones de poder que se han establecido entre varones y mujeres, sin más razón que el sexo y que regulan todas las relaciones.

En el patriarcado no todas las relaciones son familiares, por tanto no se puede entenderlo literalmente sino a riesgo de dejar fuera las demás instituciones sociales que realmente comprende.

La forma de entenderlo como poder de los padres, llega hasta la modernidad, donde el ascenso de una nueva clase, la burguesía, necesita dar otro fundamento al ejercicio del poder para adaptarlo a los cambios producidos. Este nuevo fundamento es el pacto o acuerdo social, mediante el cual se organiza el patriarcado moderno.

Algunas autoras consideran que en la constitución del patriarcado moderno, los varones también pactan su poder como hermanos. Los ideales de igualdad, libertad y fraternidad remiten a este pacto entre fraters.

Celia Amorós, citada por Rosa Cobo (1995), apunta a la constitución de la fratria como un grupo juramentado, aquel constituido bajo la presión de una amenaza exterior de disolución, donde el propio grupo se percibe como condición del mantenimiento de la identidad, intereses y objetivos de sus miembros.

Con la formación de los Estados modernos, el poder de vida y muerte sobre los demás miembros de su familia pasa de manos del pater familias al Estado, que garantiza principalmente a través de la ley y la economía, la sujeción de las mujeres al padre, al marido y a los varones en general, impidiendo su constitución como sujetos políticos.

Las teorizaciones sobre el patriarcado fueron esenciales para el desarrollo de las distintas corrientes del feminismo, en sus versiones radical, marxista y materialista, entre otras.

Desde los primeros trabajos de Kate Millet (1969), para el feminismo radical la sexualidad de las mujeres se considera prioritaria en la constitución del patriarcado. La autora con el término, se refiere a las relaciones sexuales como relaciones políticas, a través de las cuales los varones dominan a las mujeres. Shulamit Firestone (1976) postula como base de la opresión social de las mujeres, su capacidad reproductiva.

Anna Jonásdottir plantea el problema básico de este sistema como: “una cuestión de lucha de poder socio–sexual específica, una lucha sobre las condiciones políticas del amor sexual”. Sigue a Millet y a Firestone al centrarse en la sexualidad y el amor al “cuestionar la forma presente de heterosexualidad dominada por el hombre y las articulaciones del poder sexista en la sociedad moderna en general” (Jonásdottir 1993),

Otras corrientes consideran que las relaciones de reproducción generan un sistema de clases sexual, que se basa en la apropiación y el control de la capacidad reproductiva de las mujeres, y que existe paralelamente al sistema de clases económico basado en las relaciones de producción.
Dentro del denominado feminismo materialista, Lidia Falcón considera a las mujeres como clase social y económica, siendo los padres–maridos quienes controlan el cuerpo femenino y se apropian del trabajo productivo y reproductivo de aquellas. Por su parte, Christine Delphy afirma la existencia de una “relación de producción entre marido y mujer en la familia nuclear moderna, consistente en la relación de una persona o jefe, cuya producción se integra al circuito mercantil, con otra que le está subordinada, porque su producción, que no se integra a ese circuito, es convertida en algo invisible”. En virtud del matrimonio y del trabajo doméstico gratuito, las mujeres comparten una posición común de clase social de género.
En la línea del feminismo marxista, una de sus exponentes más importantes, Heidi Hartmann (1981) sostiene la teoría de los sistemas duales definiendo el patriarcado “como un conjunto de relaciones sociales entre los hombres que tienen una base material, y aunque son jerárquicas, crean o establecen interdependencia y solidaridad entre ellos que los capacitan para dominar a las mujeres”. No es sólo el sistema, sino los varones como tales quienes oprimen a las mujeres. La restricción de su sexualidad, junto al matrimonio heterosexual, como formas de control sobre la fuerza de trabajo de las mujeres son elementos cruciales del patriarcado, que no descansa sólo en la en la familia, sino en todas las estructuras que posibilitan este control.

Para Audre Lorde (2003) las mujeres están expuestas a distintos grados y tipos de opresión patriarcal, algunas comunes a todas y otras no.

En la América conquistada por los españoles, la subordinación de las mujeres se consolida especialmente a través de las Leyes de Partidas, la familia patriarcal y la influencia y poder de la Iglesia católica, continuándose en las leyes de los Estados–Nación que se van constituyendo a lo largo del siglo XIX.

En términos generales el patriarcado puede definirse como un sistema de relaciones sociales sexo–politicas basadas en diferentes instituciones públicas y privadas y en la solidaridad interclases e intragénero instaurado por los varones, quienes como grupo social y en forma individual y colectiva, oprimen a las mujeres también en forma individual y colectiva y se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus productos, ya sea con medios pacíficos o mediante el uso de la violencia.
Los estudios feministas sobre el patriarcado, y la constatación de que se trata de una construcción histórica y social, señalan las posibilidades de cambiarlo por un modelo social justo e igualitario.

BIBLIOGRAFÍA

Rivera Garretas: “Nombrar el mundo en femenino” Editorial Icaria, 1994 Jonásdottir, Anna G.:”El poder del amor –Le importa el sexo a la democracia?” Ed. Cátedra, 1993.
Pateman, Carole: “El contrato sexual” Editorial Anthopos, 1995
Cobo, Rosa: “Fundamentos del patriarcado moderno” Ediciones Cátedra, 1995
Lerner, Gerda “La creación del patriarcado” Editorial Crítica, 1990
Heidi Hartmann: “El infeliz matrimonio entre marxismo y feminismo (“Cuadernos del Sur Nº 5, 1987)
Audre Lorde: “La hermana, la extranjera” Editorial horas y HORAS. 2003
Millet, Kate:Política sexual” 1975. Editoral Aguilar. Historia de la Mujer Argentina. Tº III

miércoles, 23 de septiembre de 2009

COMUNICACIÓN: ESTRATEGIA DE MEDIOS

PROFESOR: ANTONIO VARGAS
COMUNICADOR AUDIOVISUAL
UNIVERSIDAD DE HUMANISMO CRISTIANO

¿QUÉ ES UN VOCERO?
Es quien asume la responsabilidad de emitir declaraciones oficiales en nombre del sindicato, federación, confederación o central sobre un tema en particular.

¿QUIÉNES DEBEN ACTUAR DE VOCEROS?

En el mundo sindical, generalmente, lo realiza su presidente/ta o l@s de máximos cargos, excepcionalmente existe un(a) encargad@.

¿CÓMO DEBE “SER” UN VOCERO?
 CLARIDAD. Para asegurar una presentación comprensible tanto al periodista como al público al cual se dirige el medio.
 CONSISTENCIA. Las declaraciones deben poseer argumentos sustentables con objetivos concretos. La consistencia va fuertemente ligada a la compatibilidad entre las palabras y las acciones.
 CREDIBILIDAD. Ésta se consigue a través del manejo de distintos factores, tanto internos como externos: seguridad personal, manejo de los antecedentes, destreza frente a la cámara y buen manejo lenguaje no verbal, entre otros.
 AUTOCONTROL. Junto con el mantener una postura serena y en lo posible empática (cercana, confiable, honesta y humana), el vocero debe ser capaz de mantener un dominio de la situación para que ésta no lo desborde y con ello de pie a emitir juicios o información indeseada.

DEBERES DE UN VOCERO
 Debe proyectar imagen normal y natural de sí mismo/a. Cuando se inventa un personaje, cuando se posa…se nota.
 Debe tratar a la cámara como un interlocutor importante, al que se le mira directamente; se le sonríe (si corresponde y sin exagerar); se le explica nuestra noticia y se le trata amablemente (evitando actitudes despectivas, intolerantes, irascibles).
 Debe intentar ser expresiv@ (no empaquetarse).
 Debe procurar ser empátic@ y centrarse en el interlocutor.
 Debe proyectar seguridad, confianza y
 honestidad (relajarse, no acelerarse, hablar con tranquilidad, contestar directamente las preguntas).
 Debe gesticular en forma normal.
 Debe trabajar con anterioridad identificando los gestos reiterativos y/o permanentes, para procurar evitarlos (por ej. sonrisa permanente).
 Debe saber cómo manejar la voz: enfatizar para destacar lo importante: utilizar pausas, usar puntuación; evitar ser monocordes y planos. Imprimir algún ritmo a las exposiciones.
 Debe procurar conocer sus muletillas e intentar evitarlas.
 Debe elegir correctamente el escenario para la entrevista.
 Debe ser breve, preciso, directo.
 Debe utilizar un lenguaje sencillo, entendible por todo el mundo.
 Debe comunicar lo más importante al inicio.

SUGERENCIAS PARA UNA VOCERÍA
ETAPA PREVIA A LA VOCERÍA

1.RECOLECCIÓN DE ANTECEDENTES
El vocero debe disponer de un acopio suficiente de material que le permita conocer en detalle sobre la materia y que a su vez le ayude a adelantarse al tipo de preguntas que puede recibir. Lo ideal es realizar una minuta, un documento donde se consigne los principales antecedentes a tener en consideración y que pueden olvidarse (nombres, cifras, fechas, etc.), así como un resumen de los hechos principales, las posibles respuestas, cuñas y las ideas fuerza que se enfatizarán.

2. CONVERSACIÓN CON EL MEDIO O PERIODISTA
Antes de la declaración propiamente tal y especialmente cuando existen 1 o 2 entrevistadores, el vocero puede sostener una conversación a modo de sondeo que le permitirá averiguar previamente el tenor y tipo de preguntas que recibirá, así como también establecer alguna cercanía con el entrevistador

3. DETERMINACIÓN DEL LUGAR
a)Entrevistas con un medio: Cuando se encuentra ante la posibilidad de elegir el lugar de la entrevista, debe procurarse contar con ciertas condiciones básicas: lugar silencioso (evita la distracción por ruidos o diversas fuentes sonoras); tranquilo (evita la distracción por circulación de personas alrededor); ordenado (para dar la sensación de limpieza y claridad); iluminado (entrega mayor calidez al recinto) y espacioso (facilita la ubicación de la cámara e iluminación de apoyo).

b)Entrevistas en terreno: Aquí se cuenta con menores posibilidades de intervención. En lo posible se sugiere evitar espacios donde la circulación de gente o ruidos ambientales dificulten la grabación. Asimismo, se recomienda tener algún tipo de control que impida que espectadores de la entrevista realicen comentarios en voz alta que puedan perjudicar o tener influencia sobre él

c)Entrevistas con varios medios: Aquí lo ideal es acomodar un lugar con capacidad suficiente para acoger a todos los medios al mismo tiempo y realizar una Conferencia de Prensa. Esto nos permitirá resolver de una sola vez las solicitudes que se nos presenten, ahorrándonos: tiempo, explicaciones y reiteración de respuestas.
Junto con las mismas características sugeridas para el lugar donde se entregará la entrevista a un medio (lugar silencioso, tranquilo, ordenado, iluminado y espacioso), aquí resulta fundamental contar con un espacio lo más despejado posible para el desplazamiento y toma de imágenes por parte de las cámaras.

Los elementos principales a considerar en este caso son: una mesa orientada horizontalmente frente a los periodistas (junto con servir para colocar los papeles de apoyo, micrófonos y grabadoras, también resulta una barrera natural), sillas para él o los voceros que darán declaración, sillas para los periodistas. Idealmente, de ser posible, el recinto debe contar con dos puertas: una ubicada para el acceso y retiro de los periodistas y otra para el acceso y retiro de él o los voceros (esto permite mayor agilidad si se quiere terminar la reunión).

DURANTE LA VOCERÍA
 LENGUAJE: CLARO, preciso, con poca terminología técnica. Esto significa muchas veces que ni el entrevistador ni el receptor comprenden cabalmente el mensaje emitido. Es por esto que debe utilizarse un lenguaje comprensible, tomando como referente un público con promedio de edad no superior a los 12 años. Aunque lo expuesto puede percibirse como una exageración, es un principio que por lo general se aplica en periodismo, dejando fuera un vocabulario demasiado rebuscado. Cuando no es posible evitar una nomenclatura técnica, ésta debe explicarse para una mejor comprensión.

 MANEJO ESCÉNICO Especialmente para el tema de televisión y cámaras, se requiere básicamente tres cosas:

1. Mirar a la cámara
2. Evitar gestos y movimientos distractorios
3. Utilizar vestuario cómodo, que no distraiga.

1.MIRAR A LA CÁMARA.
Una conversación natural nos lleva a responder mirando al periodista, pero esto en cámara no se percibe bien, pues en le receptor de la imagen da la impresión de que se está rehuyendo la mirada y que no se le está hablando a él. Este dominio solo se logra internalizando bien el efecto que se quiere lograr: la comprensión de la gente y cercanía del mensaje.

2.EVITAR GESTOS Y MOVIMIENTOS DISTRACTORIOS
En cualquier conversación, una gesticulación exagerada distrae al interlocutor de lo que se está diciendo. Los gestos deben acompañar el mensaje y no competir con él.

3.UTILIZAR VESTUARIO CÓMODO, QUE NO DISTRAIGA.
Aunque parezca un accesorio, la ropa podría tener un protagonismo no deseado, dejando en segundo plano al mensaje. En ocasiones, vale la pena la ropa de trabajo, recuperando y mostrando la mística del oficio o rubro.

 ENTREGA DE CONTENIDOS: CON PERSPECTIVA DE LO NOTICIOSO
Si bien un entrevistado suele remitirse a contestar la pregunta o evadirla según sea el caso, la respuesta debe ser lo más directa que se pueda: ir al grano, explicar después. Esto nos asegura que el principal contenido de la información quede claro y que a la hora de ser editado por el medio, el mensaje medular quede explicado en forma sencilla y directa.

 LO JUSTO Y LO NECESARIO, NADA MÁS...
Cuando respondamos, sólo debemos referirnos a lo que se nos pregunta. Nunca adelantarnos a otras preguntas posibles, ni entregar un discurso completo o empezar a reflexionar sobre otros alcances. Esto nos permite evitar “cuñas” indeseadas, filtrar información no necesaria y tener un control más claro de lo dicho. (AUNQUE ATENT@S PARA INSISTIR EN LA IDEA FUERZA).

 LENGUAJE NO VERBAL
Aquí nos referimos a la expresión, postura y distancia corporal. Al respecto, sólo nociones básicas:
 Evitar taparse la boca con las manos (no queremos decir algo o que lo dicho se entienda).
 No esconder las manos y en lo posible mantenerlas abiertas (estamos escondiendo algo).
 No cruzarse de brazos ni piernas (estamos a la defensiva y poco receptivos).
 Si se está de pie, sostenerse balanceadamente con las dos piernas (provoca inseguridad).
 Para descargar tensión, se sugiere tener un lápiz en la mano.

ENTENDIENDO LA PERSPECTIVA PERIODÍSTICA

EN TÉRMINOS DE CONTENIDO
Organización de la Información
Cualquier nota, independientemente casi del género, privilegiará responder a cinco preguntas básicas: ¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿cómo?, y ¿por qué?. El tratamiento, no obstante, variará según el medio:
 La televisión privilegia lo emotivo por sobre lo racional, los testimonios con imagen por sobre cualquier antecedente en papel (comunicado, declaración pública, etc.), frases claves que sirvan para sustentar la perspectiva de la nota.
 La prensa escrita y electrónica privilegia la construcción con pirámide invertida, da más espacio al desarrollo del testimonio y a la longitud de la nota.
 La radio privilegia la inmediatez, la “cuña” corta y significativa. No hay un gran desarrollo de la idea, es fundamentalmente noticiosa

GÉNEROS Y ESTILOS PERIODÍSTICOS
INFORMATIVO
Consiste en la narración de acontecimientos de actualidad. Debe cumplir ciertas normas y requisitos. Su estructura básica es la llamada pirámide invertida.

DE OPINIÓN
Emisión libre de juicios sobre hechos noticiosos, sin más limitación que determinadas exigencias éticas y algunas recomendaciones estilísticas. La forma debería ser presentación (información base), opiniones y explicaciones del por qué se apoyan esas ideas.

INTERPRETATIVO
Un enfoque sobre un hecho noticioso que presenta una mezcla entre opiniones e informaciones, con una mirada jerarquizada del editor.
 Relatar que el Kremlin lanza una ofensiva de paz es una información.
 Decir que toda ofensiva de paz del Kremlin debe ser categóricamente rechazada, es expresión de una opinión
 Explicar por qué el Kremlin se comporta así en este momento es una interpretación.
NOTAS PERIODÍSTICAS

NOTICIA
Es un reporte veraz, oportuno y objetivo de los hechos. Sin embargo, la objetividad como tal no existe: la sola jerarquización de los hechos y selección de la noticia, implica una valoración, un juicio, una opinión. El estilo de la noticia es objetivo: es impersonal, no emite opiniones, no usa adjetivos, no califica.

CRÓNICA
Es la narración de un acontecimiento en el orden en que fue desarrollándose. Se caracteriza por transmitir, además de información, las impresiones del cronista. Se ocupa del cómo suceden los hechos.

EDITORIAL
Es el análisis y el enjuiciamiento de los hechos más sobresalientes del día, semana, mes. Resume la posición doctrinaria o política de cada empresa frente a los hechos de interés colectivo. Por lo general no lleva firma, pues representa la perspectiva del medio en que va inserta.

ENTREVISTA
Diálogo entre el entrevistado y el periodista que recoge noticias, opiniones, comentarios, interpretaciones, juicios. Se utiliza como método indagatorio.

REPORTAJE
Es el género más complejo y en él caben los demás. Los reportajes se elaboran para ampliar, completar, complementar y profundizar la Noticia; para explicar un problema, plantear y argumentar una tesis o narrar un suceso. Investiga, describe, informa, entretiene, documenta

REDACCIÓN PERIODÍSTICA
FACTORES DE INTERÉS DE LA NOTICIA

 ACTUALIDAD: Lo que en la mañana es noticia, puede no serlo en la tarde. La noticia se acaba cuando se difunde, perdiendo interés e importancia cuando ya es publicada. Puede ser una fortaleza si se insiste y mantiene.
 PROXIMIDAD: Cercanía o relación con el público objetivo al cual se dirige. Fortaleza a aprovechar con medios locales.
 CONFLICTO: Casi la totalidad de lo que se difunde supone la lucha de contrarios. Es una amenaza si sólo es bajo óptica empresarial.
 EMOCIÓN O INTERÉS HUMANO: Los “casos humanos” y/o testimonios pueden ser una fortaleza o amenaza para el sector.
 TRAGEDIA: Esta siempre va ser noticia. Es una fortaleza para el sector.
 MAGNITUD: Determinar y proporcionar los hechos y fenómenos es siempre noticia. Es una fortaleza para el sector.
 PROMINENCIA: Un mismo hecho no tiene la misma importancia si la da a conocer un agente externo o gerente de la empresa (P.ej.).
 TRASCENDENCIA: Es fundamental subrayar la trascendencia de los hechos. Aprovechar en medios locales.
 EXPECTACIÓN: Una noticia puede mantenerse durante varios días si mantiene el interés en el público acerca de su desenlace. Para nosotros puede ser una oportunidad.
 HAZAÑA: Lo que está por encima de nuestros semejantes. Oportunidad para destacar.
 RAREZA: No es noticia que un perro muerda a un niño; sí que un niño muerda a un perro.

REDACCIÓN PERIODÍSTICA
LA PIRÁMIDE INVERTIDA
¿Cómo se construye la noticia?

 Lo más importante y esencial va primero.
 La noticia comienza con el fin, el desenlace de un hecho.

ESTRUCTURA DE LA NOTICIA

TITULAR: Llamada de Atención
LEAD: Primer párrafo donde se da a conocer la noticia, lo más sobresaliente.
CUERPO: Desarrollo de la nota.
FINAL: Cierre con datos secundarios y/o refuerzo de idea central.

Esto permite estar enterados de lo esencial, en el menor espacio y lo más rápido posible.
La pirámide invertida se contrapone a la pirámide con la cual se trabaja en el método científico. Esta última trabaja de la siguiente forma:

 Antecedentes
 Material y Método
 Resultados
 Discusión o conclusiones

De esta forma, la lógica del relato científico es absolutamente diferente a la lógica periodística.

El Lead
Contiene lo más importante de un hecho. Responde a seis preguntas para informar básicamente de un hecho: ¿Qué? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Por qué o Para qué?

 El hecho : qué ha sucedido
 El sujeto : quién ha realizado la acción
 El tiempo : cuándo sucedió
 El lugar : dónde se llevó a cabo
 La finalidad : por qué y para qué

 El Papa Pío X : quién
 murió : qué
 en la tarde de ayer : cuándo
 mientras nadaba : cómo
 en Castengandolfo : cuándo
 a causa de un infarto : por qué

La correcta valoración, identificación, selección y orden de estos elementos permitirá estructurar nuestra noticia e identificar lo que queremos comunicar y difundir.

CUÑAS:

Son frases dichas por la fuente de información y seleccionadas para notas de TV. y Radio.
Con las cuñas buscamos impacto, juicio, opinión, emoción, trascendencia o graficar el hecho noticioso. Para los voceros, aparecer con la cuña adecuada, implica posicionar nuestra noticia; significa difundir.

ASPECTOS DE CONTENIDO
Una cuña tiene impacto; cercanía; emoción; atractivo.
Puede ser una síntesis o marcar la trascendencia del hecho.

ASPECTOS FORMALES:
Cortas; precisas; claras; en tiempo presente; verbos activos:
 Lagos: “caso MOP caiga quien caiga”
 Pinochet: “En este país no se mueve ni una hoja sin que yo lo sepa”.

RECOMENDACIONES DE CONTENIDO

 Precisar el mensaje que se quiere entregar y posicionar, dándole el carácter de noticia.
 Estructurar conversaciones con la prensa con pirámide invertida, lead y cuña.
 La noticia primero, los antecedentes después.
 El mensaje debe ser breve, directo, preciso.
 Orientado al destinatario.
 Hacer por lo menos 2 cuñas por tema a destacar.
 Comunicar claramente al periodista qué es lo más importante de la información.

MANEJO PRENSA

PAUTA COMUNICACIONAL
Información precisa que invita a los medios de comunicación y periodistas a un evento o conferencia de prensa. Indicar motivo, quienes participan, hora y lugar. Añadir datos sobre teléfonos o correo electrónico en caso de dudas.

MINUTA COMUNICACIONAL
Información y datos expresados comunicacionalmente que se entregan al vocero para sus declaraciones a la prensa. Debe incluir cuñas. Es un documento de carácter interno y sólo para vocerías.

COMUNICADO DE PRENSA
Información oficial sobre un hecho que es entregada por el organismo y que ha sido escrita como noticia.

DECLARACIÓN PÚBLICA
Información oficial aclaratoria de un hecho o versiones circulantes relativas al mismo. Es explicativo, conteniendo cuñas o ideas fuerza y se escribe a modo de declaración.

PAUTA DE ACCIÓN

PROCEDIMIENTOS

Toda solicitud de prensa (entrevistas, declaraciones, visitas, antecedentes, etc.) debe ser informada y/o canalizada a través del Departamento de Comunicaciones (si existe) o en su defecto, si se cuenta con Encargad@ de Comunicaciones, a través de él(ella).
Este(a) últim@ deberá avisar posteriormente a l@s dirigentes(as), especialmente si se trata de un hecho de particular relevancia o trascendencia (aunque siempre deben estar al tanto).

APOYO PERMANENTE

El Departamento de Comunicaciones (si existe) tiene como una de sus acciones primordiales la orientación y apoyo para el manejo de la prensa a nivel externo (medios masivos) e interno (sindicatos, dirigencia). En virtud de ello, este último está permanentemente disponible para: análisis de situaciones, entrega de indicaciones, emisión de minutas y comunicados de prensa, apoyo a vocerías, etc.
CONSIDERACIONES FINALES

 SOBRE TOMAS DE IMÁGENES:
INCIDIR LOGRANDO AQUELLAS QUE GRAFIQUEN DESDE NUESTRA OPTICA
En este sentido, resulta absolutamente necesario hacer hincapié en el tema, el cual ya es conocido por los medios de comunicación. No obstante, la recurrente necesidad de imágenes que den un panorama de alguna situación muchas veces hace que esto se vulnere. Si se entregan imágenes propias es lo ideal.

 SOBRE LO APARECIDO EN PRENSA
NO SÓLO APARECER ES UN LOGRO
Cuando un medio cubre un tema bajo nuestra perspectiva o incorpora nuestra versión en forma clara y sin prejuicios, nos hemos anotado un logro. No obstante, también debemos sentirnos alertas cuando tratándose de un tema conflictivo, gracias a nuestra declaración éste se aclara en la agenda noticiosa.

 SOBRE LOS OFF DE RECORD
El off de record es una práctica habitualmente utilizada por los medios u ofrecida por los entrevistados. En este tema, la sugerencia es guardar prudencia: aunque lo habitual es proteger la fuente de información, no siempre ésto se cumple y podemos llevarnos ingratas sorpresas.

MITOS ACERCA DE LA PRENSA

Pese a lo anterior, no debemos “intimidarnos” frente a la prensa. Cuando se establecen claramente las reglas del juego, es mucho más fácil desenvolverse objetivamente bien. La prensa no siempre acude con la intención de “perjudicar” nuestra imagen, tampoco es tan obtusa que no es capaz de entender una explicación